Más de medio siglo después de su disolución, The Beatles no deja de producir nuevas historias a través de los motivos más inesperados.
Luego de la producción de una nueva canción por inteligencia artificial, ahora la atención se traslada a un bajo que Paul McCartney, uno de los sobrevivientes de la banda, perdió en 1969.
Se trata del primer instrumento que el artista compró tras convertirse en bajista de la agrupación, de modo que hizo parte de grabaciones tan significativas de la banda como Love Me, She Loves You y Twist and Shout.
Ahora, un grupo de fanáticos de la agrupación británica se ha propuesto recuperar, a través de una campaña, el instrumento, precisamente por el lugar que ocupa en la historia de The Beatles, pero también del rock.
“Es un instrumento inmensamente significativo por derecho propio. Es el bajo que hizo a The Beatles”, le dijo a The New York Times Nick Wass, consultor de Höfner, la marca de la guitarra y quien se ha unido al grupo de periodistas que lidera la campaña, titulada The Lost Bass Project (Proyecto Bajo Perdido).
“El bajo está totalmente en el corazón de los orígenes del sonido de The Beatles”, afirma Scott Jones, uno de los comunicadores promotores de la idea.
“La pieza mas pequeña de información puede a menudo llevar a los mayores avances”, le explicó al Times.
Su esposa, Naomi Jones, comparte la causa con él y por eso, a dónde va, difunde el mensaje de lo que quieren hacer y le pide a la gente que recuerde cualquier dato que pueda aportar sobre esta historia, que solo es posible con la inmensa sombra de The Beatles proyectada sobre ella.
Además de advertir que cualquier pormenor sirve, ellos también le prometen confidencialidad a los informantes.
Como lo contó el diario neoyorquino, el capítulo del bajo comenzó cuando Stuart Sutcliffe dejó de ser el bajista de la naciente banda de los muchachos de Liverpool.
En su reemplazo, fue escogido Paul McCartney, quien por esos días tocaba la guitarra, pero se vio en la necesidad de comprar un bajo para un viaje de The Beatles en Hamburgo, Alemania, en 1961.
El propio ‘Maca’ como lo llaman cariñosamente sus coterráneos, ha contado que compró el instrumento en la tienda de Steinway, en el puerto alemán.
“Recuerdo que llegué y vi un bajo bastante barato”, le contó a Guitar Magazine en 1993, durante una entrevista en la que además reveló que no quería endeudarse así que pagó lo que podía, unas 30 libras, o 38 dólares, por este ejemplar de Höfner del que terminó por enamorarse.
Cuando el grupo terminó la residencia en Hamburgo, McCartney regresó a Gran Bretaña con el instrumento, que habría de acompañar al grupo durante cientos de presentaciones en sitios también emblemáticos en su historia como el Cavern Club de Liverpool, hasta las grabaciones de sus dos primeros álbumes, relató The Times.
Los buscadores del bajo descubrieron que, en 1964, su famoso dueño tuvo que llevar el bajo a reparación y desde ese momento empezó a alternarlo con otros.
Cinco años más tarde, el instrumento fue visto por última vez en Londres, en un video donde McCartney, John Lennon, Ringo Starr y George Harrison, los cuatro míticos integrantes de la banda aparecen escribiendo las letras de las canciones de su último álbum, Let It Be.
Como en un relato de misterio, a partir de ese momento el rastro se perdió y empezaron a surgir toda suerte de versiones sobre su paradero, como si se tratara de un personaje de carne y hueso.
Los promotores de la campaña creen que pudo haber sido robado de los sótanos de los célebres estudios Abbey Road, donde el grupo solía grabar.
Otra posibilidad es que haya corrido la misma suerte, pero en otro estudio, Apple Corps, donde los integrantes también trabajaban.
Aunque McCartney no ha aceptado hablar con la prensa sobre el tema, Wass dice que está en capacidad de afirmar que él tiene deseos de reencontrarse con el bajo, “el antiguo”, como lo llama.
La campaña, aunque solo se acaba de lanzar, ya ha recibido numerosas pistas, entre las cuales hay varias bastante prometedoras.
Por ejemplo, hay quienes creen que la guitarra ya no está en el Reino Unido, sino en Estados Unidos o Japón.
Empero, habrá que esperar lo que dicen las pesquisas que los buscadores piensan llevar a cabo, valiéndose de su olfato periodístico.