Un hombre venezolano “salió a cazar mujeres en el campus de la Universidad de Georgia” a principios de este año y mató a la estudiante de enfermería Laken Riley después de un forcejeo, afirmó una fiscal encargada del caso.
El abogado defensor señaló que las pruebas son circunstanciales y no demuestran que su cliente sea culpable.
José Ibarra, quien ingresó a Estados Unidos sin autorización hace dos años, está acusado de asesinato y otros delitos relacionados con la muerte de Riley en febrero, un hecho que ayudó a avivar el debate sobre la inmigración durante la campaña presidencial de este año.
El juicio contra un inmigrante ilegal por el asesinato de una estudiante en febrero comenzó en el sureste de Estados Unidos, en un caso que el presidente electo Donald Trump utilizó mucho en su campaña para denunciar lo que consideraba laxitud en la frontera.
El caso conmocionó a la ciudad estudiantil y luego adquirió dimensión nacional cuando los republicanos exigieron que el presidente Joe Biden pidiera disculpas a la familia de Riley.
Acusaron al presidente demócrata de haber permitido el asesinato al adoptar, en su opinión, una política laxa de control de fronteras.
“Laken Riley estaría viva hoy si Joe Biden no hubiera destrozado las fronteras de forma deliberada y solapada”, dijo en un discurso Trump, su rival por la presidencia en aquel momento.
La fiscal Sheila Ross le dijo al juez que Ibarra se encontró con Riley, una estudiante de 22 años, del Colegio de Enfermería de la Universidad de Augusta, cuando salió a correr el 22 de febrero.
“Cuando Laken Riley se opuso a un intento de violación, él le golpeó el cráneo repetidamente con una roca”, dijo Ross, agregando que las pruebas mostrarán que Riley “luchó por su vida, por su dignidad”.
Como resultado de ese forcejeo, trazas del ADN de Ibarra quedaron bajo las uñas de la estudiante, dijo Ross. Riley llamó al 911 y, en un forcejeo por su teléfono, la huella del pulgar de Ibarra quedó en la pantalla, dijo la fiscal.
La escalofriante llamada al 911 que capturó los horribles momentos finales de la estudiante de enfermería de Georgia Laken Riley fue reproducida en la corte, dejando a su afligida madre en un mar de lágrimas durante el primer día de declaraciones de apertura.
En el breve y apagado audio que se reprodujo en el tribunal sólo se escuchó una voz masculina.
Los presentes en la sala del tribunal escucharon a la operadora repetir lo que dijo: “911 del condado de Clark. Hola, 911 del condado de Clark. ¿Alguien me escucha?”.
La llamada finalizó a las 9:12 y el operador intentó volver a llamar, pero no recibió respuesta, explicó Ross. La madre de Riley, Allyson Phillips, fue vista sollozando durante la llamada al 911.
El sospechoso, José Ibarra, permaneció impasible mientras se reproducía la llamada en el tribunal.
La evidencia forense es suficiente para probar la culpabilidad de Ibarra, pero las pruebas digitales y de video también mostrarán que Ibarra mató a Riley, aseguró Ross.
El abogado defensor Dustin Kirby calificó las pruebas en el caso de gráficas y perturbadoras, pero dijo que ninguna de ellas demuestra que su cliente mató a Riley.
“Las pruebas en este caso evidencian claramente que Laken Riley fue asesinada”, dijo. “Las pruebas de que José Ibarra mató a Laken Riley son circunstanciales. La evidencia de que alguien tuviera la intención de cometer una agresión sexual o la haya cometido no es más que especulación”.
El asesinato avivó el debate nacional sobre la inmigración cuando las autoridades federales dijeron que Ibarra había ingresado a Estados Unidos sin autorización en 2022 y que se le permitió quedarse en el país para mientras se procesaba su solicitud migratoria.
*Con información de Associated Press y AFP.