Nagasaki conmemora este viernes 9 de agosto el 79 aniversario del lanzamiento de una bomba atómica de parte de Estados Unidos y que dejó entre 35.000 y 80.000 muertos.
La bomba atómica lanzada sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945 tuvo un impacto devastador. La cifra total de víctimas, incluyendo aquellos que murieron en los meses y años siguientes debido a heridas y enfermedades relacionadas con la radiación, podría haber superado las 100.000 personas. La magnitud del sufrimiento y la destrucción fue inmensa y dejó una profunda marca en la historia.
La bomba atómica de Nagasaki, conocida como Fat Man, fue una de las dos bombas nucleares lanzadas por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. El ataque se produjo el 9 de agosto de 1945, tres días después del bombardeo atómico de Hiroshima.
La Fat Man era una bomba de implosión de plutonio-239. A diferencia de la bomba lanzada sobre Hiroshima, que usaba uranio-235, Fat Man utilizaba plutonio-239 como material fisible. La explosión se logró mediante un mecanismo de implosión en el que el plutonio era comprimido a una densidad crítica por explosivos convencionales para iniciar una reacción en cadena nuclear.
El ataque a Nagasaki resultó en una devastación masiva, con una explosión que destruyó gran parte de la ciudad y dejó un saldo elevado de víctimas. Además de la devastación inmediata, la radiación liberada provocó enfermedades y muertes adicionales entre los sobrevivientes.
El bombardeo de Nagasaki, junto con el de Hiroshima, tuvo un papel crucial en la decisión de Japón de rendirse, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos quería poner fin a la guerra y Japón no estaba dispuesto a rendirse incondicionalmente.
El avión bombardero se llamó Enola Gay, llamado así por Enola Gay Tibbets, la madre del piloto.
Fue la primera, y hasta ahora la única, vez que se usaron bombas atómicas contra civiles. Pero los científicos estadounidenses estaban seguros de que funcionaría, porque habían probado uno igual en Nuevo México un mes antes. Esto fue parte del Proyecto Manhattan, un esfuerzo científico secreto financiado por el gobierno federal que produjo las primeras armas nucleares.
Lo que podría haber sido un solo año de desarrollo de armas nucleares marcó el comienzo de décadas y décadas de proliferación nuclear, un desafío para todos los países y profesiones.
Polémica por acto de conmemoración
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha justificado la ausencia del embajador estadounidense en Japón en el acto de este viernes en conmemoración por el lanzamiento de una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial, y es que ha considerado que el embajador israelí también merece ser invitado, todo ello después de que Tokio tomase la decisión de excluirle para evitar “incidentes” relacionados con la guerra en la Franja de Gaza.
“Pensamos que era importante que el embajador israelí fuera invitado como han sido invitados los embajadores de otros países, que ningún país debería haber sido señalado para no ser invitado a esta celebración, y por eso el embajador dio el paso que dio y supongo que por eso los embajadores de otros países dieron los pasos que dieron al decidir no asistir”, expresó durante una rueda de prensa.
Miller ha hecho así referencia a la misma decisión tomada por los representantes diplomáticos de Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y la Unión Europea, quienes también han protestado por la exclusión de Israel.
Tras ello, ha expresado que Washington ha asistido a numerosos actos conmemorativos por los bombardeos atómicos a lo largo de los años, y ha recordado que su “posición de respeto” hacia Japón está “bien documentada” más allá de este incidente.