El próximo 28 de julio se realizarán las elecciones presidenciales en Venezuela en que se enfrentarán el dictatorial mandatario del vecino país, el presidente Nicolás Maduro, contra el líder opositor Edmundo González, elegido por la Plataforma Democrática Unida para lograr acabar con 12 años de dictadura y más de 25 de gobierno chavista. Sin embargo, las alarmas están encendidas en todo el mundo por cuenta del riesgo de que Maduro quiera quedarse en el poder desconociendo los resultados.
El Washington Post, en su más reciente editorial, pidió a la comunidad internacional vigilar las elecciones lo más que se pueda para evitar que el dictador permanezca en el poder de manera ilegal y lograr que la renovada oposición venezolana pueda sacar a Maduro y su séquito del Palacio de Miraflores.
“Se debe hacer todo lo posible para garantizar que no lo haga y que los votantes aprovechen al máximo esta oportunidad para restaurar la libertad y la democracia. Maduro ha pasado años intentando destruir a la oposición, deteniendo a miles de activistas, periodistas y disidentes y sometiéndolos a golpizas, violaciones, descargas eléctricas, mutilaciones, asfixia y otros tipos de tortura”, dice el medio estadounidense.
Remitiéndose a la historia, el Washington Post cuenta que Maduro ha tenido el control de los medios de comunicación, los tribunales, las fuerzas del orden y el ejército, por lo cual ha impedido que muchos candidatos de la oposición compitan por el poder. Además de que las iniciativas estadounidenses para respaldar a las fuerzas de la oposición, mediante presiones y sanciones durante el gobierno Trump y mediante negociaciones durante el gobierno Biden, no han dado los resultados esperados.
“A pesar de las sanciones que han afectado a la crucial industria petrolera de Venezuela, Maduro ha sobrevivido gracias, en parte, al respaldo de Rusia, China, Cuba e Irán”, manifiesta el medio que cuenta que Venezuela, que alguna vez fue una de las naciones más prósperas de América Latina, ahora enfrenta una de las peores crisis humanitarias del mundo y la huida de más de 7,5 millones de personas desde 2015.
De igual manera, relatan que de manera sorpresiva, después de tantos años de represión, la oposición está viva y tendría una excelente oportunidad en las urnas, suponiendo que Maduro no le robe las elecciones. Recordando como fallos judiciales engañosos descalificaron a la líder de la oposición, María Corina Machado, pero ella se ha mantenido activa en la campaña electoral al apoyar a Edmundo González.
“Multitudes tumultuosas los reciben en todo el país, incluido, el sábado, en Barinas, la ciudad natal de Hugo Chávez. Una encuesta realizada entre el 23 de mayo y el 5 de junio mostró que dos tercios de los votantes quieren un cambio de gobierno. La encuesta mostró que González lideraba con un 56 por ciento frente a un 35 por ciento entre los que tenían más probabilidades de votar”.
Así mismo, cuentan que de salir del poder, para Maduro, sería una pérdida significativa, ya que no solo sería la destitución del cargo, sino también sería el fin de la riqueza y el poder que surgen de ser miembro de un régimen conocido por corrupto. Al igual que pasaría con la élite que lo rodea y depende de él para sus privilegios económicos. Por lo cual, crecen los miedos de que, al final de la campaña, pueda verse tentado a acabar la votación mediante la fuerza bruta o declararse ganador cuando no lo sea.
“Cualquiera de las dos opciones sería desastrosa para el pueblo venezolano y para todo un hemisferio que necesita desesperadamente un resultado político estable en esta nación estratégica. Las fuerzas militares y de seguridad desempeñarán un papel clave; pero nadie puede estar seguro de si defenderían a Maduro contra el pueblo o desertarían en lugar de resistir las abrumadoras demandas populares de cambio”, dice el medio de comunicación.
Por ahora, según se reseña, las señales apuntan a una actitud más dictatorial por parte de Maduro. Esto, puesto que según el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, se siguen recibiendo “informes de detenciones a medida que se acerca el día de las elecciones, incluidas partidarios y miembros de la oposición”, donde cuenta el aumento de amenazas a participantes de la sociedad civil, periodistas, sindicalistas y otros críticos del gobierno.
Finalmente, se cuenta como se han producido 46 detenciones arbitrarias por motivos políticos, incluidos 18 miembros del partido de María Corina Machado. Además, de que el 29 de mayo, el régimen retiró la invitación a la Unión Europea para que enviara observadores electorales. Las Naciones Unidas dijeron que enviarían un equipo de cuatro personas, lo cual ha desembocado en una lluvia de críticas.