Los palestinos que viven en el centro de la Ciudad de Gaza dijeron el miércoles que podían ver y escuchar a la infantería israelí acercándose desde varias direcciones, lo que aceleró el éxodo de miles de civiles en un momento en que los alimentos y el agua se agotan y los combates urbanos entre Israel y Hamás se intensifican.
El ejército israelí no ha dado detalles sobre el movimiento de sus soldados mientras avanza con su ofensiva terrestre, luego de haber prometido destruir a Hamás tras su letal incursión del 7 de octubre al sur de Israel. Pero los habitantes dijeron que los soldados israelíes se han adentrado en algunos vecindarios de la Ciudad de Gaza —la más grande de la Franja de Gaza— en medio de intensos bombardeos en todo el norte circundante.
Los enfrentamientos se desarrollaban a menos de un kilómetro (0,6 millas) del hospital Shifa, el más grande del territorio y ahora un punto focal de la guerra.
El centro de mando de Hamás está en un hospital en Gaza
Las fuerzas armadas de Israel dicen que el principal centro de mando de Hamás se ubica dentro y debajo del complejo del hospital, y que allí se ocultan algunos de los líderes de mayor rango de la organización, quienes utilizan las instalaciones como escudo.
Hamás y el personal del hospital rechazan dichas afirmaciones y aseguran que el Ejército israelí ha fabricado un pretexto para atacar el lugar.
Para los palestinos en Gaza, el hospital es un símbolo del sufrimiento de los civiles en la guerra. Al igual que otros, se ha visto abrumado por un flujo constante de heridos y atraviesa problemas a medida que se agotan la electricidad y los suministros médicos. Decenas de miles de desplazados se han resguardado dentro y en las inmediaciones del complejo.
El Grupo de los Siete emitió el miércoles un comunicado en el que condenó a Hamás y respaldó el derecho de Israel a defenderse. Pero el G7, que agrupa a las democracias más ricas del planeta, también hizo un llamado el miércoles para que no se obstaculice el suministro de alimentos, agua, medicinas y combustible a la Franja de Gaza, y que se hagan “pausas humanitarias” en los combates.
Pequeñas pausas pero no un cese al fuego
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dejó abierta la posibilidad de pequeñas pausas para entregar ayuda humanitaria, pero ha descartado un cese del fuego a menos que sean liberados los casi 240 rehenes capturados por Hamás.
“No hay limitaciones” sobre cuánto durará la guerra, dijo Benny Gantz, miembro del Gabinete de Guerra de Israel.
Gantz reconoció que Israel aún no tiene una visión para la Franja de Gaza una vez que acabe con el gobierno de Hamás, pero aseguró que la seguridad israelí estará presente en el territorio una vez finalizada la guerra, una postura que reitera los comentarios que hizo Netanyahu esta semana, cuando dijo que es posible que Israel mantenga control sobre la seguridad de Gaza durante “un periodo indefinido”.
Los comentarios del premier parecen haber aumentado la preocupación de Estados Unidos. El secretario de Estado, Antony Blinken, abogó el miércoles por un gobierno unido y encabezado por palestinos para Gaza y Cisjordania al concluir la guerra, una medida encaminada al establecimiento de un Estado palestino.