Para lo que resta de este mes de agosto y hasta octubre, se prevé un incremento de las tormentas y huracanes en Florida, Estados Unidos, pese a que esa región atraviesa por una temporada en la que estos fenómenos no han golpeado con la fuerza de épocas anteriores.
Las autoridades metereológicas destacaron que aunque esa zona atraviesa por la temporada ciclónica del Atlántico, en 2022 apenas se han registrado tres tormentas tropicales, una de las cuales generó un torrencial aguacero que inundó las calles de Miami, además de dos ciclones que pasaron lejos de Florida.
Sin embargo, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Nooa, por sus siglas en inglés) advirtió que en los dos próximos meses la situación podría cambiar, por lo que hizo un llamado a comunidad a mantenerse alerta ante la posibilidad de que aumenten las tormentas y huracanes.
La entidad publicó su pronóstico en el que prevé que esa región podría verse afectada por entre 14 y 20 tormentas tropicales y de seis a 10 huracanes, con tres o cinco intensos, en medio de una temporada en la que normalmente se produce un incremento de estos fenómenos naturales.
“Entramos en los meses pico de desarrollo de huracanes de agosto a octubre, y anticipamos que hay más tormentas en camino”, aseguró el director de Nooa, Rick Spinrad.
Los meteorólogos explicaron que aunque, inicialmente, se tenía prevista una temporada más fuerte, esto no se produjo debido a que el Atlántico subtropical experimenta un enfriamiento a lo largo de la superficie del mar, lo que podría conducir a la creación de vientos verticales que tienden a disuadir el desarrollo de tormentas.
Pese a eso, la entidad señaló que la temperatura del mar es más cálida de lo normal, lo que podría derivar en la creación de tormentas.
Igualmente, explicó que suma a eso la constante presencia del fenómeno La Niña, que trae aire más fresco del océano Pacífico y debilita el desarrollo de los vientos verticales.
Ante la inminencia del incremento de la presencia de huracanes y tormentas, las autoridades metereológicas hicieron un llamado a la ciudadanía a acatar algunas recomendaciones. Estas medidas fueron acogidas por las autoridades federal, estatal y del condado, que también replicaron a los habitantes de esa región.
- Tener a mano la documentación del seguro de vivienda si es el caso.
- Mantener todos los papeles importantes, documentación y más en un lugar seguro y accesible, que pueda llevar consigo, como pudiera ser una caja de plástico con tapa.
- Tener en cuenta que es probable que se afecten los servicios de bancos, supermercados, autobuses, tren, recogida de basura y reciclaje, así como las operaciones del aeropuerto y el puerto.
- Proteger sus bienes.
- Acopiar agua, al menos cinco galones por persona para abastecer cinco días.
- Mantener alimentos duraderos enlatados, como arroces, carnes y vegetales, además de pan, galletas y otros productos para cubrir al menos cinco días.
- Tener dinero en efectivo, al menos 100 dólares por persona, así como suficiente gasolina en el depósito de su vehículo. (La ausencia de electricidad dificulta el servicio en algunas gasolineras y cajeros automáticos y podría encontrarse en una difícil situación)
- Tener a mano un radio portátil para estar informado si falta la electricidad. (No pase por alto la necesidad de tener baterías de repuesto, una linterna y una cocina en el patio que funcione con gas propano)
- No olvidar los medicamentos que usualmente toma y los artículos de primeros auxilios, que debe adquirir antes del llamado de alerta para evitar las largas filas en las farmacias.
Temporada ciclónica, la permanente amenaza para una empobrecida Centroamérica
De acuerdo con un reporte de la Onu de mayo, más de 8,4 millones de personas de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua enfrentaron una crisis alimentaria en 2021 por conflictos, choques económicos derivados de la pandemia y condiciones climáticas extremas.
“La pobreza hace que la misma gente busque las zonas más baratas para vivir y esas usualmente son las zonas más vulnerables”, dijo a la AFP Ricardo Navarro, presidente de la Ong ecologista Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (Cesta).
En un informe de 2019, el Banco Mundial advirtió que en esta región con alta vulnerabilidad socioeconómica y ambiental asociada a procesos de desigualdad, pobreza y urbanización no planificada, las amenazas naturales se traducen en desastres con pérdidas humanas y económicas.
Las zonas más expuestas a los ciclones son las costas del mar Caribe y del Pacífico.
Ambientalistas advirtieron además del peligro de viviendas en zonas de alto riesgo y de nuevas urbanizaciones edificadas sin tomar en cuenta el impacto ambiental.
Para mitigar los efectos “es necesario respetar la naturaleza. Parece una película pero la naturaleza reclama el espacio que los humanos le hemos invadido”, dijo a la AFP Magdalena Cortez, de la Ong salvadoreña Mesa Permanente para la Gestión de Riesgos.
Eso también se observa en Nicaragua, donde “hubo un tiempo en que los ríos disminuyeron su caudal y la gente construyó en su lecho o muy cerca de los ríos, y lógicamente luego vuelve a su caudal normal”, explicó por su parte Janett Castillo, de la nicaragüense Mesa Nacional para Gestión de Riesgos (MNGR).
Centroamérica está expuesta a fenómenos meteorológicos extremos y erupciones de volcanes. Además, durante la temporada ciclónica, de junio a noviembre, la amenaza de inundaciones es constante.
La reciente tormenta tropical Bonnie desató en julio un diluvio sobre San Salvador que inundó la muchas viviendas.
Solo en Honduras los daños superaron los 2.000 millones de dólares, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Con información de AFP