Participantes en distintas manifestaciones a favor y en contra de la expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez se enfrentaron este jueves en las afueras de la cárcel de Miraflores donde se encuentra la exmandataria en prisión preventiva desde marzo acusada de distintos delitos en el marco del caso ‘golpe de Estado’.
Una movilización de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia que apoyaba que Áñez enfrente las acusaciones en su contra en libertad y otra que demandaba justicia por los muertos en los hechos de Sacaba y Senkata, registrados en el marco de las protestas postelectorales de 2019, han coincidido en las puertas de la prisión de Miraflores, en La Paz.
Ambas partes protagonizaron enfrentamientos con lanzamiento de objetos y golpes, mientras la Policía en el lugar respondió tarde para frenar los desordenes, según recoge el medio boliviano ‘La Razón’.
Al menos una persona resultó herida por los disturbios derivados de las marchas, que, hasta su llegada a los alrededores de la cárcel habían transcurrido de forma pacífica.
La manifestación a favor de que Áñez enfrente su proceso judicial en libertad fue convocada después de que el pasado fin de semana la expresidente intentase suicidarse, tras lo que ha reiterado que no tiene ganas de vivir y ha mostrado preocupación por los medicamentos que se le suministra en prisión.
Por otro lado, el director de Régimen Penitenciario de Bolivia, Juan Caros Limpias, descartó que la exmandataria vaya a ser trasladada de las instalaciones en las que se encuentra después de que su familia haya manifestado preocupación al respecto y haya denunciado limitaciones.
Respecto a las condiciones de Áñez en la prisión, Limpias ha asegurado que se permite el ingreso de abogados, familiares y médicos para visitarla y que la misma expresidenta ha manifestado “en una nota” sentirse “segura y estable” en el lugar.
Frente a las denuncias de un trato privilegiado a la detenida, incidió en que ha dispuesto un ambiente específico para ella por su situación y deterioro de salud, si bien ha matizado que la familiar ha habilitado el espacio de Áñez con permiso de la autoridad penitenciaria.
Áñez se encuentra encarcelada, acusada de sedición, terrorismo, conspiración y ahora también de genocidio por su rol en el marco de la crisis postelectoral de 2019.
“Ya no quiero vivir más”
La expresidenta interina reveló el pasado martes que “ya no quiere vivir”. La afirmación se produce tres días después de su intento de suicidio en la cárcel en la que cumple prisión preventiva desde marzo.
“Ya no quiero vivir. Mis hijos necesitan hacer su vida. Ya no quiero más medicamentos que no sé cuáles son. Pido por favor a mis carceleros que me digan qué estoy tomando”, dijo la exmandataria en un mensaje publicado por su equipo en redes sociales.
Los familiares y equipo de Áñez, además, afirmaron que se encuentra “muy débil” y “sufre de manera permanente” debido a que “cada diez minutos ingresa alguien a su celda a preguntar, a espiar o no sabe a qué (...) Vive alerta, angustiada, sin descanso porque desconoce qué le van a hacer: si sedarla, envenenarla o trasladarla sin rumbo desconocido”.
La exmandataria fue trasladada este martes a un hospital para someterse a exámenes médicos fuera de la cárcel en una medida tomada después de que se autolesionara en un intento de suicidio, tras confirmarse una ampliación de la denuncia de golpe de Estado por la cual está en detención preventiva.
“Ha sido traída para un estudio neurofisiológico, se trata de exámenes complementarios solicitados por una junta médica”, apuntó al respecto de la visita la doctora Mónica Molina, responsable del consultorio privado al que fue conducida la expresidenta a media mañana, en medio de gran atención mediática.
*Con información de AFP.