Después de finalizar la cumbre de Madrid, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), Jens Stoltenberg, puso en valor la disuasión militar como uno de los principales ejes de esta organización internacional y recalcó que el objetivo sigue siendo “prevenir la guerra”, en aparente alusión a los temores del presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre potenciales expansiones en el este de Europa.

En este sentido, dijo que es Putin quien debe poner fin “inmediatamente” a la ofensiva militar en Ucrania, “una nación soberana y democrática”.

En la misma medida, advirtió que los países aliados estarán preparados “para cualquier eventualidad” en el futuro, después de que Putin amenazó con tomar medidas si Suecia y Finlandia siguen adelante en su proceso de adhesión. Los dos países nórdicos han sido invitados formalmente a incorporarse a la Alianza en la cumbre de Madrid.

Stoltenberg también formalizó la convocatoria de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de 2023, que tendrá lugar en Vilna, la capital de Lituania, como gesto de apoyo no solamente a este país, sino también al conjunto de la región báltica, una de las más amenazas por el expansionismo ruso.

Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, prometió este jueves en Madrid que Estados Unidos y sus aliados apoyarán a Ucrania “el tiempo que haga falta” para que no sea derrotada por Rusia.

“Vamos a estar al lado de Ucrania, y toda la Alianza va a estar al lado de Ucrania, el tiempo que haga falta para asegurarse de que no es derrotada por Rusia”, dijo Biden en una conferencia de prensa al término de la cumbre de la Otan en la capital española.

China contra la Otan

No obstante, otro de los países que estuvo como tema de conversación en la cumbre de Madrid fue China, el cual fue mostrado por una publicación de esta organización como “una amenaza”.

La Alianza Atlántica, en su documento titulado “Concepto Estratégico” y que no había sido revisado desde 2010, aseguró el pasado 29 de junio que China representa un “desafío” para los “intereses” y la “seguridad” de los países de la Otan.

“Las declaradas ambiciones de China y sus políticas coercitivas desafían nuestros intereses, nuestra seguridad y nuestros valores”, explica la organización en este documento, siendo la primera vez que este texto alude a China, que no era tradicionalmente competencia de la misión de la Alianza Atlántica.

Prueba de que existen crecientes preocupaciones ante China fue la asistencia a esta cumbre, por primera vez, de dirigentes de Japón, Corea del sur, Australia y Nueva Zelanda. “China no es un adversario”, insistió, no obstante, Stoltenberg.

Como era de esperar, este documento fue mal recibido por Pekín: “Este supuesto documento de Concepto Estratégico de la Otan ignora la realidad y presenta los hechos al revés. Se empeña (...) en manchar la política extranjera china”, dijo Zhao Lijian, un portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores.

“Se obstina equivocadamente en presentar a China como un desafío sistémico” declaró el portavoz, que expresó la “firme oposición” de China ante el documento de la organización.

Cabe recordar que la Otan denuncia en particular “el estrechamiento de la alianza estratégica” entre Pekín y Moscú y “sus intentos (...) para desestabilizar el orden internacional basado en normas”. Las potencias occidentales han advertido reiteradamente a Pekín contra cualquier apoyo a Rusia en su guerra contra Ucrania, que China no ha condenado.

A su vez, China ha denunciado de forma regular a la Otan como una organización militar hostil, al servicio de los intereses de Washington. “China no es en absoluto el desafío sistémico que se imagina la Otan. En realidad, es la Otan la que constituye un verdadero desafío sistémico para la paz y la estabilidad mundial”, aseguró este jueves el portavoz Zhao Lijian.

“La Otan pretende ser una organización regional y de naturaleza defensiva. De hecho, no deja de ampliarse más allá de su límite regional y de sus competencias, de provocar guerras y de matar a civiles inocentes” agregó.

“Las manos de la Otan están manchadas de sangre de los pueblos del mundo”, subrayó, aludiendo a las intervenciones de la Alianza en Afganistán, en Libia o el bombardeo de la embajada de China en Serbia, en 1999. Este último acontecimiento, que provocó la muerte de tres periodistas chinos, ha empañado de forma duradera la reputación de la Otan en el país asiático.

*Con información de Europa Press y AFP.

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