El secretario general de la ONU, António Guterres, descartó este lunes 19 de diciembre la posibilidad de que Ucrania y Rusia mantengan conversaciones de paz en un futuro cercano y aventuró que podría ser posible poner fin al conflicto en 2023.
En la que es su última rueda de prensa este año, Guterres expresó que “no es optimista sobre la posibilidad de unas negociaciones de paz efectivas entre las partes en un futuro inminente” y ha señalado que la confrontación militar “continuará”. “Todavía vamos a tener que esperar a que llegue el momento en que se hagan posibles unas conversaciones de paz serias”, aseveró.
“No lo veo en el horizonte cercano, así que nos estamos centrando en otros aspectos, como aumentar la eficiencia del acuerdo de exportación de grano. (...) También estamos interesados en acelerar el intercambio de prisioneros”, ha señalado.
Sin embargo, expresó que espera “que para 2023 sean capaces de lograr la paz en Ucrania”. “Para el año 2023 estoy aún más determinado a lograr la paz, a que sea un año de acción”, ha indicado antes de enfatizar que “no podemos aceptar las cosas como son”.
“Le debemos a la gente soluciones, y tenemos que luchar para lograrlas. A veces de forma discreta, pero siempre con determinación. Tenemos que luchar”, ha puntualizado. “Hay que garantizar los Derechos Humanos de todos cuando se cumple el 75º aniversario de la Declaración Universal”, dijo.
Además, afirmó que la iniciativa para exportar grano a través del mar Negro “ha marcado la diferencia” incluso a pesar de la “brutal guerra en Ucrania”. A pesar de esto, hemos visto una “diplomacia discreta que ha ayudado a la gente a hacer frente a un nivel de inseguridad alimentaria sin precedentes”.
“A pesar de los desafíos, la iniciativa ha facilitado la exportación de alimentos y fertilizantes desde Ucrania. (...) La exportación de trigo desde Rusia se ha multiplicado por tres”, explicó.
En este sentido, aclaró que “la mayor parte del trigo exportado se envió a países en vías de desarrollo”, lo que incluye unas 380.000 toneladas suministradas por el Programa Mundial de Alimentos para apoyar las operaciones humanitarias en curso en Afganistán, Etiopía, Somalia y Yemen”.
Según destacó, el índice de precios bajó en los últimos ocho meses en un 15 por ciento, lo que ha impedido que millones de personas en todo el mundo “cayeran en una pobreza extrema”. “Pero hay mucho trabajo por hacer. Los precios de los alimentos siguen siendo demasiado altos, y el acceso a los fertilizantes sigue siendo demasiado limitado”, ha sostenido.
Cumbre climática
Por otra parte, Guterres instó de nuevo a los líderes de todas las esferas de la sociedad a tomar medidas creíbles para mitigar el cambio climático porque los planes actuales son “insuficientes” para enfrentar la amenaza existencial que supone el calentamiento del planeta. Para ello convocará una nueva cumbre climática en septiembre de 2023.
“Los planes climáticos nacionales se están quedando lamentablemente cortos”, se ha lamentado. Todos los países deben hacer un esfuerzo extra para reducir sus propias emisiones de carbono en esta década y para apoyar a las naciones que no pueden hacerlo por sí mismas.
“Hago un llamado a todos los líderes para que den un paso adelante: gobiernos, empresas, ciudades y regiones, sociedad civil y finanzas. Deben venir con una acción climática nueva, tangible y creíble para acelerar el ritmo del cambio”, ha añadido.
Se trata de una invitación abierta, pero que tiene un precio de acceso “y ese precio no es negociable: se debe presentar una acción climática creíble, seria y nueva, y soluciones basadas en la naturaleza que hagan avanzar la aguja y respondan a la urgencia de la crisis climática”.
“Será una cumbre sin tonterías. Sin excepciones. Sin componendas. No habrá lugar para detractores, lavados de cara ecológicos, o reempaquetadores de compromisos antiguos”, remarcó.
Con información de Europa Press