Después del desastroso debate entre Donald Trump y Joe Biden, en que el presidente demócrata tuvo una actuación más que discutida con sus pérdidas de hilo, sus trastabilladas y falta de claridad a la hora de debatir contra su predecesor y favorito de las encuestas, miles de ciudadanos han pedido al mandatario de 81 años abandonar su candidatura a favor de otra figura del partido.
Con esto en mente, según reportó el New York Times, el presidente Biden le ha dicho a un aliado suyo muy cercano que sabe que tal vez no pueda salvar su candidatura, si no logra convencer al público en los próximos días de que está preparado para el cargo, esto después de un desempeño desastroso en el debate contra Trump del pasado jueves.
El presidente, quien este aliado anónimo declaró en el diario estadounidense, todavía está profundamente inmerso en la lucha por la reelección, entiende que sus próximas apariciones de cara al fin de semana festivo del 4 de julio deben salir bien, en particular una entrevista programada para el viernes con George Stephanopoulos de ABC News y eventos de campaña en Pensilvania y Wisconsin.
“Él sabe que si hay dos eventos más como ese, estaremos en un lugar diferente para el final del fin de semana”, dijo la fuente al diario, refiriéndose al desempeño decepcionante y desenfocado de Biden en el debate contra el expresidente republicano. Según se reporta, dicha persona, habló con el presidente en las últimas 24 horas, y quiso hablar con el medio para mostrar lo delicada de la situación.
En contraparte, Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, dijo que el informe era “absolutamente falso” y que la Casa Blanca no había tenido tiempo suficiente para responder a todas las informaciones que afirman que Biden podría estar considerando dejar de lado sus aspiraciones presidenciales a cinco meses de las elecciones.
La conversación es el primer indicio que se hace público de que el presidente está considerando seriamente si puede recuperarse después de su devastadora actuación en el debate celebrado el jueves en Atlanta. Además de las preguntas de si aumentan las preocupaciones sobre su viabilidad como candidato y sobre si podrá permanecer en la presidencia durante otros cuatro años.
Varios de sus aliados destacaron el miércoles que Biden todavía quería luchar para mantener el control de su candidatura, incluso cuando los vientos en contra en su partido se hacían más fuertes. Un asesor de alto rango de Biden, que también habló bajo condición de anonimato para poder hablar sobre la situación, dijo que el presidente era “muy consciente del desafío político que enfrenta”, según dice también el medio neoyorquino.
Esa misma fuente agregó el miércoles que Biden era consciente de que el resultado de su campaña podría ser un final diferente al que él está luchando, pero que el presidente cree que es un líder eficaz, que tiene la mente aguda y “no entiende cómo otros no lo aceptan”. Biden sigue considerando rotundamente que su actuación en el debate fue una mala actuación y no una muestra total de su condición.
Los funcionarios de campaña esperaban nerviosos los resultados de una nueva encuesta el miércoles, reconociendo que los malos números podrían agravar la crisis. Finalmente, el sondeo de CBS News publicado el miércoles por la mañana mostró que el expresidente Donald J. Trump superaba a Biden desde el debate con un 50 por ciento frente a un 48 por ciento a nivel nacional y un 51 por ciento frente a un 48 por ciento en los estados en disputa.
Biden ha tardado en acercarse personalmente a los demócratas clave, lo que ha alimentado la ira en el partido y ha frustrado a algunos de sus propios asesores. El martes por la noche, cinco días después del debate, solo llamó al representante Hakeem Jeffries de Nueva York, líder demócrata de la Cámara de Representantes, y el miércoles por la mañana habló por primera vez con el senador Chuck Schumer de Nueva York, líder demócrata del Senado.
Hasta el martes no había hablado con la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de California, y los principales donantes expresaron su enojo porque no se unió a una llamada de campaña el lunes destinada a tranquilizarlos. Los líderes demócratas de la cámara baja y el Senado no instaron a sus miembros a apoyar a Biden. En cambio, vieron como se llenaron de quejas de todo el partido, incluido el ala centrista y los progresistas.
El mensaje de los líderes fue que los miembros debían sentirse libres de adoptar una postura sobre la candidatura de Biden que fuera mejor para sus distritos. Los miembros del equipo de Biden siguen trabajando para tratar de calmar el creciente descontento con la campaña del mandatario, que podría tomar un giro total después de este fin de semana.