Los servicios funerarios de Viena “olvidaron” el cuerpo de un hombre en su departamento, dejándolo en su lecho de muerte más de dos meses después del acta de fallecimiento, un error poco común, según la ciudad.

Sonja Vicht, portavoz del municipio, confirmó el martes a AFP que los restos del difunto no habían sido llevados a la morgue según el procedimiento habitual.

El 11 de noviembre de 2020, la vecina de este hombre de 66 años, que cuidaba de él porque estaba enfermo desde hacía mucho tiempo y no le conocía ni familia ni parientes, lo encontró muerto. Entonces llamó a la Policía y le entregó las llaves de la casa, explicó en la televisión ORF.

Ella pensaba que este hombre había sido enterrado hace mucho tiempo, pero, al acompañar a un notario que buscaba un posible testamento, lo encontró acostado en su cama, el 27 de enero.

“Es una desafortunada combinación de circunstancias y un problema de comunicación” entre el equipo que declaró la muerte y las funerarias, dijo Nikolaus Salzer, director del centro de higiene de la ciudad.

Es así que se inició una investigación interna y afirmó que “nunca había oído hablar de un caso de este tipo”.

“Todavía estamos tratando de averiguar si hay alguna familia que quiera organizarlas”, explicó un portavoz, Florian Keusch. Si la búsqueda no tiene éxito, “será la ciudad la que organice el entierro”, dijo, para que el difunto pueda finalmente descansar con dignidad.

Contactadas por la AFP, los servicios fúnebres municipales precisaron “aún no tener fecha para los funerales”.

Y es que durante este tiempo de pandemia han surgido casos que sin duda han sorprendido al mundo. En Santa María da Feira, en el norte de Portugal, un hombre de 92 años fue supuestamente sepultado, luego de haber ingresado días atrás al Hospital Oliveira de Azeméiz.

De acuerdo con el diario luso Jornal de Notícias, el hombre fue hospitalizado por problemas respiratorios y durante ese periodo contrajo coronavirus. El pasado 10 de enero fue declarado su muerte, y de acuerdo con su hijo, Aurelio Vieira, no le permitieron ver el cuerpo para reconocerlo. Finalmente, el 12 enero le informaron a la familia que se había llevado a cabo el entierro.

Sin embargo, el pasado sábado 31 de enero el hospital admitió que había un “error " y quien había sido sepultada era otra persona y contactó a las familias perjudicadas para explicar lo sucedido.

“Los médicos del hospital vinieron a hablar conmigo diciendo que había un error y que mi padre estaba vivo. Pidieron que lo confirmara y se disculparon por el error. Sé que en estos momentos los médicos tienen mucho trabajo, pero espero que este acontecimiento sirva para que haya más cuidado en el futuro”, dijo Aurelio Vieira, quien acudió al llamado de inmediato.

Además, el hospital se puso en contacto con la familia de la persona que realmente había sido sepultada, que se trataba de una mujer.