La ciudad china de Shanghái no registró el pasado 25 de junio ninguna nueva infección de covid-19 por primera vez desde marzo, cuando estalló un fuerte brote vinculado a la variante ómicron que llevó a un largo y severo confinamiento de su población.

“No hubo ningún nuevo caso doméstico confirmado de covid-19 y ninguna nueva infección asintomática en Shanghái el 24 de junio de 2022″, dijo en un comunicado el gobierno de la ciudad de 25 millones de habitantes.

En marzo, los contagios empezaron a multiplicarse en la capital económica del país, que terminó decretando un severo confinamiento durante dos meses de duración. El encierro, criticado por la población que tenía dificultades para conseguir comida y cuidados médicos, se levantó virtualmente a principios de junio, aunque el retorno a la normalidad se vio entorpecido por la reinstauración de restricciones en algunos distritos.

Hace dos semanas, millones de personas volvieron a verse temporalmente confinadas mientras el gobierno municipal desplegaba una campaña de test masivos en algunas zonas. Por otro lado, la capital Pekín cerró escuelas y oficinas durante semanas por otro brote que, según las autoridades, fue contenido la semana pasada.

La oficina de educación municipal indicó el sábado que todos los estudiantes de escuela elemental e intermedia podrían volver a clase a partir del lunes, aunque antes profesores, alumnos y padres deberán someterse a una prueba PCR. La capital notificó solo dos nuevas infecciones ayer.

Por su parte, Shenzhen, una gran urbe industrial del sur del país, anunció este sábado que cerrará por tres días los mercados de mayoristas, los cines y los gimnasios de un distrito del centro limítrofe con Hong Kong, después de que en esa localidad se detectaran casos de covid-19.

China es una de las grandes economías del mundo que sigue aplicando la llamada estrategia “cero covid” para erradicar el virus a base de restricciones a los viajes internacionales, cuarentenas, test masivos y severos confinamientos.

Las autoridades insisten que esta política es necesaria para evitar un hundimiento del sistema de atención sanitaria ante la distribución desigual de los recursos médicos y las bajas tasas de vacunación de los ancianos.

Los desechos médicos aumentan en China

No obstante, con la estrategia de covid cero, cada día en China, agentes en atuendos de protección integral insertan centenas de millones de hisopos desechables tras realizar tests PCR a gran escala. El problema es que todo ello genera una enorme cantidad de residuos médicos.

En el arsenal anticoronavirus hay cuarentenas obligatorias, confinamientos selectivos y tests masivos, convertidos en casi diarios en algunos lugares. Desde Pekín a Shanghai, pasando por Shenzhen, la “Silicon Valley china” sede de numerosas empresas tecnológicas, las ciudades están ahora repletas de carpas prefabricadas que proponen tests PCR gratuitos.

Centenares de millones de personas tienen la obligación de hacer estos tests cada dos o tres días, y en algunos casos a diario. Estos tests PCR, que crean una enorme masa de desechos médicos, constituyen un creciente carga económica para las colectividades locales, ya muy endeudadas, que deben dedicarles decenas de miles de millones de dólares.

“La cantidad de desechos médicos que es generada a diario es de una magnitud casi sin precedentes en la historia de la humanidad”, estima Yifei Li, experto en Medio Ambiente de la Universidad de Nueva York en Shanghái.

Así, la generalización de los tests PCR plantea un nuevo desafío medioambiental. Por algunas decenas de casos positivos detectados cada día en China, ha sido necesario realizar tests a centenas de millones de personas y utilizar una masa enorme de tubos, hisopos, envoltorios y combinaciones de protección.

Si no son eliminados correctamente, estos desechos médicos pueden contaminar los suelos y los ríos. Según un recuento de la AFP, ciudades y provincias chinas donde viven un total de 600 millones de personas anunciaron de una forma u otra unos tests generales y regulares de su población.

No hay disponible ningún dato nacional, pero las autoridades de Shanghai indicaron el mes pasado que 68.500 toneladas de residuos médicos habían sido producidas durante el confinamiento de la ciudad entre mediados de marzo y principios de junio. Ello supone una cantidad diaria seis veces superior a lo habitual.

*Con información de AFP.