“Si es la voluntad de Dios, continúo (en la presidencia). Si no, paso la banda y me recogeré. Porque, a mi edad (67), no tengo nada más que hacer aquí en la Tierra si termina aquí mi paso por la política, el 31 de diciembre de este año”, dijo el lunes por la noche, durante una entrevista en podcasts dirigidos a jóvenes evangélicos.
Los comentarios de Bolsonaro, quien declaró hace un año que “solo Dios” podría sacarlo del poder, son parte de una retórica más moderada del presidente de ultraderecha, en un aparente intento por atraer a electores de centro de cara a los polarizados comicios del 2 de octubre.
En la última encuesta del Instituto Datafolha, publicada el viernes, el mandatario se sitúa 11 puntos por detrás del expresidente de izquierda (34 % frente a 45 %), una brecha que se ha ido acortando paulatinamente desde los 21 puntos en mayo. El jefe de Estado se dirigió directamente a los jóvenes y dijo que lo que decidan en las elecciones podría “marcar su futuro”, antes de criticar a los gobiernos de izquierda en otros países sudamericanos.
“Hagan comparaciones con otros países: ¿qué tienen en común los líderes de esos estados donde estas políticas (de izquierda) no funcionan? Y pregúntense si eso es lo que quieren para Brasil. No soy el salvador de la patria, no soy yo quien salvará a Brasil”, añadió Bolsonaro en la entrevista, que se extendió por más de cuatro horas.
Mea culpa
Así mismo, presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo que lamentaba algunas de sus duras declaraciones sobre la pandemia de covid-19, en un raro pedido de disculpas en plena campaña, a tres semanas de la elección presidencial.
Durante una entrevista de más de cuatro horas para podcasts evangélicos el lunes por la noche, el jefe de Estado admitió haber “perdido la cabeza” cuando lanzó “no soy sepulturero”, al ser cuestionado en 2020 por el número de muertes por covid.
“Soy un ser humano, lamento lo que dije, no lo diría de nuevo”, insistió el presidente ultraderechista, en respuesta a una pregunta de Felipe Vilela, un rapero evangélico que dijo estar “triste” por aquellos dichos del mandatario, al día siguiente de la muerte de su suegro.
El presidente Bolsonaro también dijo que se arrepiente de haber mandado a comprar a los que pedían vacunas contra el covid-19 a “la casa de su madre”, en 2021. Brasil fue el segundo país más golpeado del mundo por la pandemia en cifras nominales, con más de 680.000 muertos.
“Soy el jefe de Estado. Lo sé. Lo lamento. No lo diría de nuevo (...). Puedes ver que desde hace un año mi comportamiento cambió. Estoy aprendiendo en esta posición”, dijo. Sin embargo, Bolsonaro no se retractó de sus comentarios sobre las vacunas que “pueden transformar (a las personas) en caimán”, argumentando que era “una forma de decir”.
Por otro lado, admitió haberse “equivocado” al decir en 2017, antes de asumir la presidencia, que había engendrado una niña después de cuatro varones “en un momento de debilidad”. Tildado regularmente de machista o racista, Bolsonaro también hizo un comentario irónico sobre el color de la piel de Felipe Vilela. “¿Eres afrodescendiente? Eres un poco moreno, ¿no? Oh no, es un delito decir eso. ¿No has oído que soy racista?”, ironizó.
Con información de AFP.