Ángela Merkel se despidió el pasado 6 de septiembre del Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento alemán) tras 16 años como canciller y 30 de diputada. Toda una vida dedicada a la diplomacia en Alemania. Y este jueves sorprendió con unas declaraciones sinceras durante una entrevista con Chimamanda Ngozi Adichie, la escritora nigeriana autora del ensayo Todos deberíamos ser feministas.

“Sí, soy feminista, antes era más tímida para decirlo”, afirmó rotundamente la política alemana, a la vez que explicó que el feminismo es la igualdad de hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida. Este mensaje lo da a días de dejar el poder, tras 16 años al frente del Gobierno del país europeo.

Merkel, de 67 años y quien pertenece a la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, admitió públicamente que en el pasado le daba vergüenza comunicar su postura en público, aunque ahora cambió.

“Lo que he dicho en el pasado sobre este aspecto ha sido un poco tímido, hoy mi opinión está más pensada y puedo decir: sí, todas deberíamos ser feministas”, soltó entre aplausos de los asistentes del encuentro.

La diplomática alemana explicó que el feminismo, para ella, está vinculado a un movimiento de lucha para introducir la igualdad de género en la agenda social. Esta declaración contrasta con la respuesta que brindó Merkel cuando le preguntaron con anterioridad si se consideraba feminista en la cumbre Women 20, la cual se realizó en Berlín en el año 2017.

En ese momento, esta figura política fue ambigua y evitó considerarse como tal a pesar de que muchas mujeres la miraban como un símbolo por haber estado 16 años en el poder, mucho más que presidentes y primeros ministros hombres del resto de Europa. Ella abandonará su puesto de canciller después de las elecciones legislativas alemanas que están pautadas para el próximo 26 de septiembre.

Sin duda, esta es una de las mujeres más admiradas en el mundo por su liderazgo, presencia frente al público y seguridad al hablar. El control del Parlamento alemán por parte del Gobierno ha sido una constante durante el mandato de Merkel como canciller.

En el diálogo con la escritora nigeriana, Merkel aseguró que respalda la igualdad de derechos, no solo porque es mujer, sino también porque como política tuvo la oportunidad de ver a lo largo del tiempo que a menos que se tomen medidas, la situación cambiará muy poco.

Hace unos años, la periodista alemana Miriam Meckel le había hecho la misma pregunta a la líder de la CDU (la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, en alemán Christlich Demokratische Union Deutschlands), pero entonces dio una respuesta poco clara.

Tras el fenómeno #MeToo en 2017, la cuestión sobre el feminismo ganó relevancia en Europa.

Ángela Merkel presidió el G8 (grupo de ocho países con economías industrializadas) y también fue presidenta del Consejo Europeo. De hecho, es la segunda mujer en la historia en desempeñar ambos cargos, solo precedida en dicho mérito por la exprimera ministra del Reino Unido Margaret Thatcher. Esto ha favorecido una tendencia de la prensa europea a comparar a ambas líderes de derecha que comparten una formación científica.

En 2020, la revista Forbes nombró a Merkel la mujer más poderosa del mundo por decimocuarta ocasión, según el listado anual de la publicación.

En definitiva, durante 16 años, Merkel ha sido una figura clave dentro, pero también fuera de Alemania. Su salida tras las elecciones de septiembre dejará un hueco en el tablero político internacional difícil de cubrir. Quien aspire a sustituirla necesita una sólida propuesta de relaciones internacionales.