Siete personas murieron en un atentado con bomba contra un minibús en Herat, en el oeste de Afganistán, en un barrio predominantemente chiita.

La explosión también dejó nueve heridos, según información entregada este sábado 22 de enero por parte de las autoridades locales a la agencia de noticias AFP.

“Entre los siete fallecidos había cuatro mujeres”, anunció el jefe del hospital regional de Herat, Arif Jalali.

La explosión fue confirmada por la oficina local de inteligencia y “según los primeros elementos, la bomba estaba colocada en el depósito del vehículo”, explicó un portavoz, Sabit Haarwi. El atentado también fue confirmado por la Policía de Herat.

La situación de seguridad en Afganistán ha mejorado considerablemente desde que, en agosto, los talibanes tomaron el poder y las tropas estadounidenses se retiraron del país, después de 20 años de guerra de desgaste contra su presencia militar.

Sin embargo, siguen produciéndose ataques, algunos de ellos reivindicados por el grupo Estado Islámico-Khorasan (EI-K), la rama local de la organización Estado Islámico

*Con información de la AFP.

HRW advierte retroceso de los derechos de las mujeres en Afganistán

La ONG Human Rights Watch (HRW) ha resaltado el retroceso en los derechos fundamentales de las mujeres de Afganistán tras la llegada del régimen talibán al Gobierno del país en agosto del pasado año 2021.

La organización ha llevado a cabo una nueva investigación de la mano del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Estatal de San José, de Estados Unidos, centrada en las condiciones de las mujeres en la provincia de Ghazni, en el sur de Afganistán.

En esta línea, la ONG ha apuntado en un comunicado que, tras la toma de control de la ciudad de Ghazni a comienzos de agosto, los talibanes han impuesto una serie de políticas que elevan las desigualdades y las barreras para la salud y la educación de las mujeres y niñas, a las que también se ha restringido su libertad de movimiento, expresión y asociación.

Tras el ascenso de los talibanes al Gobierno de Afganistán y con la pérdida de millones de dólares en ingresos, el aumento de los precios, los cortes de ayuda y la crisis financiera y de liquidez, gran parte de la población afgana se ha visto privada del acceso a alimentos, agua, vivienda y atención médica.

“Las mujeres y niñas afganas enfrentan tanto el colapso de sus derechos y sueños como los riesgos para su supervivencia básica (...). Están atrapadas entre los abusos de los talibanes y las acciones de la comunidad internacional que empujan a los afganos cada día más a la desesperación”, señaló la académica sobre Afganistán e integrante del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de San José, Halima Kazem Stojanovic.

HRW y la institución académica han mantenido una serie de entrevistas telemáticas con diez mujeres que han estado o están actualmente en Ghazni, incluidas algunas que, anteriormente, trabajaron para el sector educativo, sanitario, empresarial o de servicios sociales.

Durante estas conversaciones, las entrevistadas relataron el aumento de los precios de los alimentos básicos, el transporte o el material escolar, que además se suma a una importante y repentina pérdida de los ingresos de muchas familias.

Muchas de estas mujeres eran el principal sostén de su familia, pero la mayoría ha perdido su empleo debido a las políticas implementadas por los talibanes, que han restringido el acceso de ellas a la mayoría de puestos de trabajo y tan solo permiten acudir a sus empleos a aquellas que se desempeñen en la educación primaria o en la atención de la salud, aunque en muchos casos sin recibir salario.

*Con información de Europa Press.