El ejército israelí lanzó este domingo una andanada de bombardeos contra Hezbolá en Líbano que dejaron más de 100 muertos, dos días después de haber asesinado al líder del movimiento islamista libanés, Hasán Nasralá, junto con decenas de otros miembros del grupo en otro ataque.

En otro frente, Israel dijo que golpeó objetivos de los rebeldes hutíes en el oeste de Yemen, después de que estos insurgentes proiraníes reivindicaran el lanzamiento de un misil contra el aeropuerto de Tel Aviv.

Estos bombardeos provocaron cuatro muertos, según medios de los rebeldes yemenitas. “Ningún lugar está demasiado lejos” para Israel, advirtió el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, tras los bombardeos.

Manteniendo la presión militar contra Hezbolá, una formación chiita proiraní, el ejército israelí indicó que golpeó 120 objetivos en Líbano.

Corresponsales de la AFP escucharon una fuerte explosión y vieron columnas de humo brotando de los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, donde el viernes falleció Nasralá en un bombardeo israelí que arrasó edificios enteros.

El cuerpo del líder del movimiento libanés “fue encontrado el sábado y fue envuelto en un sudario”, indicó una fuente cercana a la organización, precisando que todavía no se fijó la fecha del funeral.

En un balance revisado publicado a última hora del domingo, el Ministerio de Salud libanés cifró el total de muertos en 105 y el de heridos en 359.

El humo se eleva tras los ataques aéreos israelíes en Beirut, visto desde Baabda, el viernes 27 de septiembre de 2024. | Foto: Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved

“Debe evitarse” una guerra total

Posteriormente, una fuente de seguridad libanesa informó el lunes de dos muertos en un bombardeo israelí contra Beirut, el primer ataque a la capital desde el 7 de octubre, cuando Hamás incursionó en territorio israelí y desató la guerra en la Franja de Gaza.

El ejército israelí afirmó haber matado el viernes, junto con Nasralá, a más de 20 miembros de Hezbolá de diversos rangos presentes en el cuartel general subterráneo situado bajo edificios civiles.

Irán informó que un importante comandante de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la República Islámica, también murió en el ataque del viernes. Su muerte “no quedará sin respuesta”, advirtieron las autoridades iraníes.

Los ataques entre Israel y Hezbolá han llevado el conflicto a una nueva escala, despertando temores de que pueda desencadenar en una guerra total en Medio Oriente.

Hezbolá, financiado y armado por Irán, fue creado en 1982 durante la guerra civil en Líbano, a iniciativa de los Guardianes de la Revolución de Irán.

La muerte de Nasralá, que era considerado el hombre más poderoso de Líbano, constituye una gran victoria de Israel frente a su archienemigo Irán y sus aliados, pero empuja a la región a un terreno desconocido.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este domingo que “debe evitarse” una guerra total en Oriente Medio y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, aterrizó en Líbano para “entrevistarse con las autoridades locales y proporcionar apoyo, especialmente humanitario”.

Por su parte, Arabia Saudita urgió respetar la soberanía del Líbano y resguardar “la paz y la seguridad regionales”.

Pese a los ataques incesantes de Israel, Hezbolá continúa lanzando cohetes hacia territorio israelí.

“Tenemos miedo de una escalada total”, afirmó Matan Sofer, habitante de la localidad israelí de Rosh Pina, ubicada a unos 30 kilómetros de la frontera con Líbano.

Según la ONU, los bombardeos israelíes obligaron a huir a 50.000 personas de Líbano hacia Siria y más de 200.000 están desplazadas dentro del país.

*Con información de AFP.