La fiesta judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en el antiguo Egipto dura una semana. Durante este período, las familias se reúnen para compartir comidas rituales y relatos bíblicos.
El lunes marca el inicio de la celebración, recordando la liberación de Egipto. Por la noche, se prepara el Séder, una cena ritual donde se lee la Hagadá, un texto antiguo que relata el Éxodo y la aspiración de los judíos por alcanzar la Tierra Prometida.
Este año, muchas familias dejarán una silla vacía como símbolo de la esperanza de ver regresar a los rehenes secuestrados por el grupo islamista palestino Hamás en su ataque del 7 de octubre de 2024. El ataque, el más mortífero desde la creación del Estado de Israel en 1948, resultó en 1,170 muertes, en su mayoría civiles, según un informe de AFP basado en datos oficiales.
Además, más de 250 personas fueron secuestradas ese día, con alrededor de un centenar liberadas durante una tregua a finales de noviembre. Según Israel, entre los cautivos restantes, 34 habrían fallecido.
El lunes por la mañana, los judíos israelíes finalizan los preparativos para la Pascua, realizando compras y limpiando meticulosamente sus hogares, especialmente la cocina, donde no debe quedar rastro de levadura, ya que esta está prohibida durante la festividad.
Rachel Goldberg-Polin, cuyo hijo Hersh está entre los cautivos en Gaza, dice que el menú de Pascua este año estará impregnado de luto y espera.
El ejército israelí ha estado movilizado en varios frentes desde el 7 de octubre, incluyendo la Franja de Gaza y la frontera con Líbano, mientras que las tensiones con Irán también están en aumento.
Durante el Séder, también estarán vacías las sillas de numerosos militares, especialmente aquellos movilizados en operaciones aéreas y terrestres en Gaza, que han resultado en más de 34,000 muertes, principalmente de mujeres y niños, según el ministerio de Salud del enclave.
Gershon Baskin, un activista israelí que trabaja en la liberación de rehenes, comenta: “Todo está en punto muerto. Nadie sabe cómo avanzar, ni de nuestro lado ni del lado de Hamás. Somos rehenes de nuestro Gobierno y de Hamás”.
Mai Albini, cuyo abuelo Chaim fue secuestrado el 7 de octubre, no celebrará la Pascua este año, preguntándose cómo podrían hacerlo en medio de tal situación.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió aumentar la presión militar sobre Hamás en los próximos días para asegurar la liberación de los rehenes.
Para David Stav, director de la organización rabínica Tzohar, esta Pascua será especialmente difícil. Durante la noche del Séder, es costumbre mencionar lo que falta y lo que es difícil, y no ignorarlo.
El Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos publicó una edición especial de la Hagadá que “incorpora nuevas esperanzas y mensajes” con contribuciones de familiares de rehenes.
La Pascua también será inusual para unos 120,000 israelíes exiliados en su propio país debido a los combates entre el ejército israelí, Hamás y Hezbolá en el norte y sur de Israel. Muchas ciudades fronterizas ahora son pueblos fantasma.
Los residentes evacuados del kibutz Beeri, uno de los lugares más afectados por el ataque del 7 de octubre, celebrarán el Séder en una plaza de Tel Aviv, donde desde hace meses se organizan manifestaciones exigiendo la liberación de los rehenes.
*Con información de AFP