Israel siguió machacando el exiguo territorio después de que el jefe de su Ejército, Herzi Halevi, advirtiera el martes que la guerra contra Hamás durará “muchos meses más”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) insistió el miércoles en que los habitantes de Gaza están en “grave peligro” tras más de 11 semanas de guerra, desencadenada por el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.
Ese día, comandos islamistas irrumpieron en el sur del territorio y mataron a 1.140 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras israelíes.
En el ataque, Hamás capturó también a cerca de 250 personas, de las cuales 129 siguen retenidas en Gaza, según Israel. El Estado hebreo respondió con una implacable campaña de bombardeos e invasión terrestre.
La ofensiva militar ha dejado al menos 21.110 muertos, en su mayoría mujeres y niños, y 55.243 heridos, según el Ministerio de Salud del enclave.
El conflicto ha dejado fuera de servicio la mayoría de los hospitales de Gaza y la población sufre de “hambre aguda”, alertó la OMS. La crisis humanitaria en la que está sumida Gaza, asediada desde el 9 de octubre por Israel, ha multiplicado los llamados a un cese el fuego.
Pero las autoridades, que buscan “aniquilar” a Hamás, se muestran inflexibles. “Los objetivos de esta guerra son esenciales y no fáciles de alcanzar”, dijo Halevi el martes. “Por lo tanto, la guerra continuará por muchos meses más”, sentenció.
Más allá de una catástrofe
Las explosiones volvieron a sacudir la totalidad del enclave, donde los soldados israelíes también libran encarnizados combates con los islamistas.
En Jan Junis, en el sur, un bombardeo dejó 22 muertos y 34 heridos cerca del hospital Al-Amal, según el Ministerio de Salud. En Rafah, también en el sur, otro ataque aéreo hirió a 11 personas. Y en el norte, los intensos tiroteos alrededor de la ciudad de Gaza no dieron tregua.
Imágenes de AFPTV mostraron a palestinos refugiados en una escuela de la ONU en el campo de Nuseirat, en el centro de Gaza, huyendo hacia el sur para evitar los bombardeos. Los desplazados “no saben adónde ir”, afirmó uno de ellos, que prefirió no dar su nombre. “Primero nos desplazan a Nuseirat, después a Rafah”, continuó.
Cerca de 1,9 millones de los 2,4 millones de habitantes que tiene Gaza han sido desplazadas, según la ONU. El asedio israelí también ha provocado escasez de agua, comida, combustible y medicamentos. La ayuda que ingresa al territorio es mínima. “Personas hambrientas volvieron a detener nuestros convoyes (...) con la esperanza de encontrar comida”, subrayó la OMS en un comunicado.
Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, urgió a la comunidad internacional a tomar “medidas urgentes para aliviar el grave peligro al que se enfrenta la población de Gaza”.
El presidente palestino, Mahmud Abás, denunció en una entrevista televisiva que la guerra iba “más allá de una catástrofe y un genocidio”.
“El plan del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu es deshacerse de los palestinos y de la Autoridad Palestina”, con sede en Cisjordania ocupada, declaró. El Consejo de Seguridad de la ONU pidió la semana pasada en una resolución la entrega de ayuda humanitaria con seguridad y sin obstáculos.
Pero el texto deja en manos israelíes la vigilancia operativa del suministro de ayuda a Gaza, donde las telecomunicaciones se estaban restableciendo el miércoles después de un nuevo corte la víspera, según el operador palestino Paltel.
Tensiones en Oriente Medio
La violencia se ha extendido hasta Cisjordania ocupada, donde una operación israelí en un campo de refugiados dejó seis muertos el miércoles, según el Ministerio de Salud palestino. El Ejército señaló que alcanzó el campo de Nur Shams desde el aire.
Más de 300 palestinos han muerto en Cisjordania a manos de soldados o colonos israelíes desde el inicio de la guerra, según el ministerio. Los impactos de la guerra también se sienten en Oriente Medio, donde grupos armados apoyados por Irán, enfrentado a Israel, intensificaron la actividad.
Un bombardeo israelí en una localidad fronteriza del Líbano mató a un combatiente de Hezbolá, informó el grupo chiita el miércoles. Los medios estatales reportaron que dos de sus familiares murieron en el mismo ataque.
Hezbolá señaló poco después que lanzó una andanada de cohetes hacia el norte de Israel. Según imágenes de AFPTV, varias casas y calles en la localidad de Kiryat Shmona, en la frontera, resultaron dañadas.
Irán, en tanto, se prepara para el funeral del general Razi Moussavi, comandante de alto rango de la Fuerza Quds, brazo de operaciones en el extranjero de los Guardianes de la Revolución, muerto el lunes en un bombardeo israelí en Siria.
Teherán prometió que se vengaría de su muerte y el portavoz de los Guardianes de la Revolución, el general Ramezan Sharif, advirtió de “acciones directas” contra Israel. Los rebeldes hutíes de Yemen, a su vez, han atacado los buques de cargo en el mar Rojo, en solidaridad con Hamás.
*Con información de la AFP.