Jan Yunis, la mayor ciudad del sur del territorio palestino asediado desde el 9 de octubre, y donde el ejército israelí indicó que había intensificado sus operaciones, fue de nuevo bombardeada, según imágenes de AFPTV.
Según Hamás, Israel también bombardeó el cruce fronterizo de Kerem Shalom entre Israel y la Franja, matando a cuatro personas, incluido el director del punto de paso, Bassem Ghaben.
Las autoridades gazatíes anunciaron el miércoles que las operaciones militares israelíes dejaron 20.000 muertos en el enclave desde el inicio de la guerra, incluidos al menos 8.000 niños y 6.200 mujeres. Israel prometió destruir a Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, tras los sangrientos ataques del 7 de octubre del movimiento islamista en el sur de Israel, que dejaron unos 1.140 muertos, según un recuento de AFP basado en las últimas cifras israelíes.
Unas 250 personas fueron tomadas como rehenes y 129 continúan cautivas en Gaza, según Israel. Sin embargo, Hamás desafió a Israel y aseguró este jueves que el objetivo israelí de eliminarlos “está condenado al fracaso”, según un mensaje de audio de Abu Obeida, el portavoz del brazo militar de la organización palestina.
El ejército israelí dijo el jueves que su fuerza aérea bombardeó 230 objetivos en Gaza en las últimas 24 horas. Sus soldados descubrieron armas en una escuela de la ciudad de Gaza, aseguró el ejército.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos reclamó que Israel abra una investigación sobre “la posible perpetración de un crimen de guerra” por parte de sus fuerzas armadas en Gaza, afirmando haber recibido “informaciones preocupantes” sobre la muerte de “11 hombres palestinos no armados” en la ciudad de Gaza.
Todos deben volver a casa
En el plano diplomático, continúan los esfuerzos en varios frentes para lograr una nueva tregua. A finales de noviembre, una pausa en los combates, de una semana, permitió la liberación de 105 rehenes y de 240 palestinos detenidos por Israel, además de la llegada de ayuda al territorio palestino, presa de una catastrófica crisis humanitaria.
Uno de los rehenes liberados durante esa tregua, Ofir Engel, de 18 años, participó el miércoles en una ceremonia con varios allegados y familiares de rehenes en el kibutz Beeri, donde fue secuestrado durante el ataque del 7 de octubre.
“Uno de los momentos más difíciles fue cuando los terroristas nos sumieron en una oscuridad total, con bombas cayendo sin cesar a nuestro alrededor”, declaró. “Yo estuve allí, y mientras los rehenes estén allí, están en peligro, en todo momento [...] Todos deben volver a casa, ya”, afirmó.
El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, viajó a El Cairo el miércoles para discutir sobre una nueva “tregua provisional de una semana a cambio de la liberación por parte de Hamás de 40 prisioneros israelíes, mujeres, niños y hombres”, explicó a AFP una fuente próxima al movimiento islamista.
Ziad al Nakhala, jefe de Yihad Islámica, un movimiento islamista aliado de Hamás y que también tiene rehenes retenidos, también visitará El Cairo la próxima semana, según una fuente de la organización. En paralelo, Israel está discutiendo con Catar y Estados Unidos para intentar conseguir una tregua que conduzca a la liberación de rehenes.
Pero ambos bandos mantienen posiciones muy distantes: Hamás exige que los combates paren totalmente como condición previa a cualquier negociación sobre los rehenes, e Israel, abierto a la posibilidad de una tregua, descarta cualquier alto el fuego antes de la “eliminación total” de Hamás.
El ministro de Relaciones Exteriores británico, David Cameron, insistió en pedir “un alto el fuego duradero”. Entretanto, el presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió con el rey de Jordania, Abdalá II, para agilizar el envío de ayuda humanitaria.
¿Dónde estamos seguros?
El Consejo de Seguridad de la ONU iba a intentar de nuevo el jueves aprobar una resolución para acelerar el abastecimiento de esa ayuda a Gaza, pero podría volverse a topar con el veto de Estados Unidos.
La ONU continúa alertando de la profunda crisis humanitaria en Gaza, donde la mitad de la población pasa hambre y el 90% se queda a menudo sin comer en todo el día, según la Organización de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA).
La mayoría de los hospitales de la Franja están fuera de servicio por los bombardeos y 1,9 millones de personas, es decir, el 85% de la población, tuvo que abandonar sus hogares, según la ONU. El jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Martin Griffiths, lamentó una situación humanitaria catastrófica y tachó de “dramático y vergonzoso” el balance de víctimas palestinas.
“¿Dónde estamos seguros? ¿Adónde deberíamos ir?”, se preguntaba un palestino que había huido del norte del enclave y se había trasladado a Rafah, en el sur. “Ya no hay ningún lugar adonde ir, estamos atrapados”.
*Con información de AFP.