Más de un centenar de mujeres salieron recientemente a las calles de Kabul, la capital de Afganistán, con el objetivo de exigir sus derechos y dejar de lado las restricciones y prohibiciones que llegarían con los talibanes, ante su toma del poder.

En varios videos que circulan en redes sociales y que se viralizaron en las últimas horas, se observa a un gran número de mujeres que tomaron la decisión de salir a manifestarse en las calles de Kabul ante el régimen yihadista.

Las mujeres afganas marchaban exigiendo que “el trabajo, la educación y la participación política sean derechos para todas las mujeres”.

Esta es la primera protesta a dos días de que los talibanes se apoderaron de Kabul, la capital de Afganistán, que durante esta jornada ha visto reducir significativamente el número de mujeres en las calles.

Hay que tener en cuenta que uno de los líderes del grupo extremista aseguró que “estarán contentas” de vivir bajo la sharía.

“Nuestras mujeres son musulmanas, también estarán contentas de vivir en nuestro marco de la sharía”, dijo en rueda de prensa en Kabul, Zabihullah Mujahid, un portavoz de los insurgentes, de acuerdo con la emisora británica LBC.

Por tal motivo, el vocero defendió el derecho con el que, según ellos, cuenta el movimiento para implementar las leyes islámicas en Afganistán, y confirmó que los insurgentes se comprometen a respetar las creencias religiosas y los valores espirituales de todo el pueblo afgano.

Además, enfatizó en que no tienen la intención de ajustar cuentas con aquellos que combatieron en su contra, por lo que se emitió un acta de indulto para sus enemigos en el campo de batalla.

“La libertad y la independencia son derechos legítimos del pueblo afgano, que ayudó a expulsar a los ocupantes tras una fuerte resistencia. No queremos ajustar cuentas con nadie en Afganistán”, aseguró, según la agencia TASS.

Es por esto que, tanto aquellos que apoyaron a las fuerzas extranjeras, como los funcionarios del Gobierno caído “son todos nuestros socios en la construcción de nuestra patria”.

Vale la pena recordar que el Consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Jake Sullivan, aseguró este martes que los talibanes accedieron a un importante arsenal militar y armamento que robaron a las fuerzas de seguridad de Afganistán, luego de que el grupo fundamentalista islámico tomara el control desde el pasado domingo de la capital del país, Kabul.

Sullivan agregó que la administración del presidente Joe Biden todavía está tratando de determinar la cantidad de armamento militar estadounidense que ahora está en manos de los combatientes talibanes, como recoge un artículo publicado por el medio norteamericano New York Post.

“No tenemos una imagen completa, obviamente, de dónde ha ido cada artículo de material de defensa, pero ciertamente una buena cantidad ha caído en manos de los talibanes y no tenemos la sensación de que nos lo entregarán fácilmente en el aeropuerto”, admitió el Consejero de Seguridad Nacional.

Las declaraciones de Sullivan se dieron durante una sesión informativa ante periodistas en la Casa Blanca, luego de que las tropas estadounidenses abandonaran por completo el territorio afgano y el movimiento Talibán tomara control rápidamente de la capital.

Todo parece indicar que el grupo extremista islámico ahora tiene en su poder armas, municiones e incluso helicópteros Blackhawk que Estados Unidos les había dado a las fuerzas afganas para la guerra contra los grupos fundamentalistas de ese país.

Sullivan culpó a las tropas afganas por entregar las armas sin luchar ante la avanzada de los talibanes. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar hacia el manejo político y militar que le ha dado la administración de Joe Biden a la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.

“Esos Blackhawks no fueron entregados a los talibanes. Fueron entregados a las fuerzas de seguridad nacional afganas para que pudieran defenderse a pedido específico y al presidente Ghani que vino a la Oficina Oval y pidió capacidad aérea adicional, entre otras cosas”, añadió Sullivan en declaraciones citadas por el New York Post.

Finalmente, el funcionario concluyó que las autoridades norteamericanas entregaron el armamento “con la esperanza de que pudieran desplegarse en servicio de defender su país”, aunque sabían del riesgo de que ese arsenal terminara en manos de los extremistas islámicos.