La reina Isabel II, quien falleció el pasado septiembre de 2022, fue vista montando a caballo hasta bien entrada la década de los 90. Sin embargo, la actual reina consorte Camila Parker reveló que “ahora es demasiado mayor para disfrutar ese tipo de actividades”.
El periódico británico Mail On Sunday reveló en exclusiva que durante la visita de Estado de la semana pasada a Alemania, Parker aseguró a un grupo de escolares que “ya no podía montar, pero que aún encontraba tiempo para mantenerse en contacto con los caballos, incluso viendo un video durante el viaje de uno de sus caballos dando a luz a un potro”.
Al platicar con los jóvenes en Hamburgo, su Majestad dijo: “solía tener caballos que montaba, pero lamentablemente ya no los monto”.
De igual manera, señaló: “creo que soy demasiado vieja, pero tengo caballos de carreras. Anoche vi en mi pantalla nacer uno de los potros, lo cual fue muy emocionante”.
La reina consorte, quien será coronada junto al rey Carlos III del Reino Unido el próximo mes, es conocida por su amor por los caballos, una pasión que compartió con su difunta suegra.
La reina consorte y su pasión por los caballos
De acuerdo con información privilegiada real, el rey Carlos III no comparte el mismo gusto por los caballos que su esposa, razón por la cual Camila se ha hecho cargo del funcionamiento diario de los establos de la difunta reina en lugar del rey. El nuevo rol ve a Camilla encargada de mantener las relaciones con los entrenadores de la difunta reina y supervisar los establos.
De acuerdo con John Warren, el asesor de carreras y sangre real de la difunta reina, manifestó con anterioridad que “es Camilla, en lugar de su esposo, quien tiene la mayor pasión por los caballos”.
Warren aseguró que: “Él siempre lo ha seguido, pero ha sido el interés de su madre, por lo que ha estado al alcance de la mano. Él mismo posee algunos caballos, en particular con la (entonces) duquesa de Cornualles. Está absolutamente loca por las carreras”.
Carlos III planea reducir los gastos de los establos reales
Pese al gusto y pasión de Camila Parker por los caballos, el rey Carlos III planteó la posibilidad de reducir la cantidad de caballos reales como parte de una estrategia para ahorrar costos.
De acuerdo con una entrevista realizada por The Times, “actualmente en los establos reales hay 50 caballos que suponen un gasto de 1,5 millones de libras. Esto supone pérdidas para las arcas de la corona, ya que las ganancias que proporcionan los caballos de carreras no alcanzan dicha cantidad”.
Otras fuentes consultadas por el periódico británico aseguraron que “el pasado, cuando los caballos de la reina hicieron la mejor temporada de la historia, lograron unos ingresos totales de 584.000 libras. Esto significa que el descubierto roza el millón de libras. Con el rey Carlos III tratando de adelgazar las cuentas de la Corona, parece lógico que se plantee reducir el número de caballos y su decena de entrenadores”.
Amor por el mundo ecuestre
Cabe resaltar que los padres de la Reina Isabel II fueron los responsables de su amor por el mundo ecuestre. Jorge VI le regaló su primer equino, un poni de raza shetland, al que bautizó “Peggy”. Y la reina madre le enseñó a dar rienda suelta a su pasión por las carreras, las apuestas y los hipódromos.
Isabel Bowes-Lyon nunca tuvo recato en gastar más de lo que tenía en sus caballos y en una ocasión acabó con un descubierto de más de cuatro millones de euros en Ascot. Isabell estuvo dispuesta a todo por sus animales, incluso a otorgarles su propio palacio.