El diputado británico Jamie Wallis hizo historia en su país. Mediante un mensaje publicado en la red social Twitter, él, de 37 años, es el primer parlamentario conservador en declararse abiertamente transgénero.
“Soy trans, o más bien, quiero serlo. Siempre me he sentido así”, fue su contundente mensaje. Afirmó haber sido diagnosticado con disforia de género, un trastorno en el que quienes lo sufren sienten una profunda incomodidad con el rol de género con el que se supone deberían sentirse identificados.
“Por un momento pensé que podía ignorar el tema y continuar lidiando a escondidas con la situación. La verdad es que no”, fue la valiente afirmación del diputado, que estaba luchando no solamente contra sus propios demonios, sino contra los estigmas, muy comunes, además, en el escenario político.
“Siempre imaginé que dejaría la política antes de decir esto en público”. Y es que la decisión de Wallis no fue nada fácil. Inglaterra es una sociedad con fuertes valores conservadores, y su partido, precisamente el Conservador, ha experimentado fuertes disputas y divisiones internas por temas como la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
Sin embargo, las declaraciones de Wallis mostraron una faceta distinta no solo del Partido Conservador, sino de la sociedad británica en general. Diputados de todas las colectividades, miembros de la sociedad civil, activistas y organizaciones LGBT, y hasta el mismo primer ministro, Boris Johnson, lo apoyaron y respaldaron su decisión. “Un mensaje dignificante y valiente”, “Buena suerte, espero encuentres la felicidad que te mereces”, son algunos de los mensajes de respaldo hacia Wallis compartidos por Twitter.
Por su parte, el primer ministro calificó su acción como “valiente” y reconoció que esta podría ser de ayuda para personas que se encuentran en una situación similar a la suya.
Los partidos parecen abrir más sus espacios a personas con identidades distintas. El Partido Conservador británico ha realizado fuertes avances en esta materia. Durante 2018, una mayoría cada vez menos significativa seguía sin apoyar la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Sin embargo, durante ese mismo año, Boris Johnson lanzó una imponente campaña en apoyo a la comunidad LGBT.
Además, en 2021 el Gobierno británico inició un proyecto para censar a esta comunidad con el fin de conocer sus condiciones e implementar políticas que los favorezcan.
El primer ministro junto con Wallis y una decena de nuevos parlamentarios representan una cara fresca y renovada de la política conservadora británica. Es en parte por esto que Wallis dijo estar muy agradecido con los miembros de su partido, quienes lo han “apoyado en situaciones difíciles”.
Las confesiones de Wallis llamaron la atención, asimismo, sobre un tema mucho más grave: el abuso sexual. El diputado dijo haber sido víctima de violación cuando salió con una persona que había conocido por internet.
“Desde ese momento, las cosas han dado un vuelco, no soy el mismo. No estoy bien”, dijo Wallis, quien sufre de estrés postraumático luego del acontecimiento.
Las revelaciones del diputado han generado un sacudón político en Inglaterra. Los partidos, incluso los conservadores, parecen ser más conscientes de la necesidad de incluir personas diversas en sus filas, dándoles una oportunidad de representación política. Igualmente, el caso de Wallis suministra una fuerte lección de solidaridad, no solo en torno a la difícil decisión de hacer pública su verdadera identidad de género, sino también frente a un preocupante panorama de violencia sexual dentro de su comunidad.