A pesar de un cielo amenazante, la cuenta regresiva continuaba este sábado en Florida, de donde un cohete SpaceX debe llevar a dos astronautas de la NASA al espacio. La misión es crucial: el primer vuelo espacial tripulado que sale de Estados Unidos en nueve años, y el primero confiado a una empresa privada.Tras el despegue fallido del miércoles debido a riesgos climatológicos, un nuevo aplazamiento de uno o varios días es aún posible, pero SpaceX, fundada por Elon Musk, dio la luz verde para el llenado de los tanques del cohete en oxígeno líquido y queroseno.
Finalmente, el lanzamiento del cohete Falcon 9 con la cápsula Crew Dragon de SpaceX se realizó desde el Centro Espacial Kennedy en la costa este de Florida, ante los ojos de Donald Trump, que arribó al lugar poco antes a bordo del Air Force One."Procediendo con la cuenta regresiva hoy", dijo más temprano Musk, cuya empresa SpaceX busca convertirse en la primera compañía privada en enviar astronautas al espacio.
El clima forzó días atrás el aplazamiento de lo que habría sido el primer lanzamiento de astronautas desde suelo estadounidense en casi una década. Los astronautas de la NASA Bob Behnken, de 49 años, y Douglas Hurley, de 53, expilotos militares que se unieron a la agencia espacial en 2000, despegaron hacia la Estación Espacial Internacional (ISS).El cohete Falcon 9 de dos etapas despegó desde la plataforma de lanzamiento 39A, la misma que utilizó el Apollo 11, la histórica misión de 1969 que posó por primera vez al hombre en la Luna.
La misión se desarrolló en medio de las restricciones impuestas para contener la pandemia del nuevo coronavirus, lo que obligó a los tripulantes a permanecer en cuarentena durante más de dos semanas y someterse a múltiples exámenes de covid-19.Esta vez no hubo una multitud de espectadores reunidos a distancia para observar el lanzamiento, como es habitual en estos eventos. La NASA pidió al público que se mantenga alejado de Cocoa Beach, el tradicional punto de observación, aunque esa solicitud no desalentó a los fanáticos de la exploración espacial, que se reunieron allí de todos modos durante el primer intento.Hora clave para SpaceXDesde que puso fin a su programa de transbordadores espaciales, la NASA debió pagar a Rusia para utilizar sus cohetes Soyuz y llevar a astronautas estadounidenses al espacio.Esta misión de la cápsula Crew Dragon, llamada Demo-2, resultará clave para SpaceX, compañía que Musk fundó en 2002 con el objetivo de desarrollar una alternativa de menor costo para los viajes espaciales tripulados.Para 2012, logró convertirse en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la ISS, y desde entonces ha proporcionado con regularidad servicios de reabastecimiento a la estación.
Dos años después, la NASA le encargó adaptar esa cápsula para el transporte de astronautas, para lo que pagó más de 3.000 millones de dólares a SpaceX, que debía diseñar, construir, probar y operar una cápsula que pudiera reutilizarse para seis viajes de ida y vuelta al espacio.SpaceX realizó en marzo del año pasado la primera prueba de fuego de su cápsula -Crew Dragon- piloteada por Ripley, un muñeco cubierto de sensores cuyo nombre alude al personaje interpretado por Sigourney Weaver en la película Alien.El proyecto ha sufrido demoras y contratiempos de todo tipo, desde explosiones hasta problemas con paracaídas, pero así y todo SpaceX superó a su competencia, el gigante aeroespacial Boeing, que desarrolla en paralelo su cápsula Starliner.Plan de vueloEl cohete fue lanzado rumbo hacia la ISS, que orbita a una altitud de 400 kilómetros sobre la Tierra. Y la cápsula se acoplará unas 19 horas después a la estación. Behnken y Hurley se sumarán allí a sus residentes, el astronauta Chris Cassidy y a los cosmonautas Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner.La duración de la estadía de Behnken y Hurley en la ISS no ha sido determinada aún, pero Crew Dragon puede permanecer 114 días (16 semanas) en el espacio. Bridenstine, el administrador de la NASA, indicó que podrían regresar a la Tierra a principios de agosto.