El número de migrantes muertos en un camión en San Antonio, Texas, aumentó a 53, informaron este miércoles los servicios de inmigración de Estados Unidos.
Otras 11 personas seguían hospitalizadas en la región, agregaron, sin precisar su estado de salud.
El saldo anterior daba cuenta de 51 muertos, 39 hombres y 12 mujeres.
De ellos, 27 eran de México, 14 de Honduras, siete de Guatemala y dos de El Salvador, dijo Francisco Garduño, director del Instituto Nacional de Migración de México. Se desconoce la nacionalidad de los otros tres.
El macabro hallazgo se produjo el lunes por la noche, cuando un empleado de la ciudad de San Antonio escuchó una llamada de auxilio cerca de una carretera donde estaba trabajando y abrió la puerta trasera del camión.
Los socorristas retiraron 46 cadáveres y 16 personas “conscientes”, incluidos cuatro menores de edad, que fueron trasladados a hospitales cercanos.
Después de un día con temperaturas que rondaban los 40 grados sufrieron hipertermia y deshidratación aguda.
La policía federal detuvo a dos hombres el martes en una dirección vinculada a la matrícula del camión, según documentos judiciales.
Juan Francisco D’Luna-Bilbao y Juan Claudio D’Luna-Méndez, dos ciudadanos mexicanos cuyas visas de turista habían expirado, están siendo procesados por llevar un arma prohibida.
Una tercera persona, sospechosa de haber conducido el camión, también fue detenida cerca de donde estaba estacionado el vehículo “bajo los efectos de metanfetaminas”, informó el diario San Antonio Express-News, citando a fuentes policiales.
Fue identificado como Homero N e “intentó hacerse pasar como uno de los sobrevivientes”, afirmó Francisco Garduño.
El vehículo llevaba una matricula de una empresa estadounidense de Alamo, Texas, la cual ha negado que fuera de su propiedad.
Después de esta tragedia, México, Estados Unidos, Guatemala y Honduras acordaron este miércoles “trabajar de manera conjunta” para apoyar a los heridos y las familias de las víctimas, así como cooperar en la investigación “para llevar a los responsables ante la justicia” y “establecer un Grupo de Acción Inmediata para intercambiar información y trabajar de manera coordinada para desmantelar las redes de traficantes de personas”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a fortalecer la lucha contra “una industria criminal que genera varios miles de millones de dólares”.
“Este incidente subraya la necesidad de luchar contra la multimillonaria industria criminal que abusa de los migrantes y conduce a la muerte a demasiados inocentes”, indicó en un comunicado Biden desde Madrid, donde asiste a la cumbre de la Otan. “Explotar a personas vulnerables con fines de lucro es vergonzoso”, agregó Biden, prometiendo que su gobierno “seguirá haciendo todo lo posible para impedir que los contrabandistas y traficantes de personas se aprovechen de las personas que intentan entrar en Estados Unidos”.
Asfixiados, masacrados, víctimas de accidentes viales o ahogados, miles de migrantes han perdido la vida en los últimos años en su intento por llegar a Estados Unidos. Desde 2014, unos 6.430 migrantes fallecieron o desaparecieron en el trayecto hacia Estados Unidos, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) de la ONU. De ellos, 1.248 tan solo en 2021.
Más de 60 % de esos decesos ocurrieron en la frontera de 3.169 km entre México y Estados Unidos. Hasta el 22 de junio de este año, la OIM tenía documentados 493 muertos o desaparecidos, incluidos 46 menores, en el continente americano.
La principal causa de esas muertes desde 2014 es el ahogamiento con 1.750 casos, la mayoría ocurridos en el río Bravo, frontera natural entre México y Estados Unidos. La falta de agua, alimentos y de un sitio para quedarse costó la vida a 861 personas desde 2014; otras 852 fueron víctimas de la violencia y 850 murieron en accidentes o por viajar en condiciones infrahumanas, de acuerdo con la OIM.
Con información de AFP