El representante especial para Sudán de la Secretaría General de la ONU, Volker Perthes, elevó a 185 el número de fallecidos y a 1.800 el de heridos desde el estallido, el pasado sábado 15 de abril, de los enfrentamientos armados entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerza de Apoyo Rápido (RSF).
Perthes ha destacado, además, que las partes no parecen estar interesadas en una mediación para lograr el cese de la violencia. “Los dos bandos que combaten no dan la impresión de que quieran una mediación para conseguir la paz”, afirmó el responsable alemán en una rueda de prensa.
En medio de las tensiones, el Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, informó de un ataque contra el embajador de la UE en Sudán, Aidan O’Hara, en medio de los combates entre el Ejército y los paramilitares.
“Hace unas horas el embajador de la UE en Sudán ha sido atacado en su propia residencia”, explicó Borrell en un comunicado oficial en referencia al diplomático irlandés.
“Es una flagrante violación de la Convención de Viena. La seguridad de las instalaciones y el personal diplomático son una responsabilidad primordial de las autoridades sudanesas y suponen una obligación conforme al Derecho Internacional”, añadió.
O’Hara fue nombrado embajador de la UE en Sudán, en agosto de 2022, con la misión de coordinar las relaciones de los países europeos con las autoridades sudanesas y “fomentar los intereses y valores comunes europeos en Sudán”, según recogía el comunicado oficial.
El diplomático tiene 36 años de experiencia en el trabajo como diplomático para Irlanda y para la UE y ha estado destinado en Francia, República Checa, Reino Unido, Etiopía y Yibuti, donde ejercía la representación de la UE ante la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD).
En cuanto al futuro del conflicto, el funcionario de la ONU indicó que no puede estimar “cuál de los dos bandos tiene ventaja” porque la situación es muy volátil y “no está clara”. En este momento, la principal prioridad, según él, es lograr “un alto el fuego humanitario porque los combates ahora mismo imposibilitan la entrega de ayuda humanitaria”.
Sin embargo, los líderes de las dos partes responden “positivamente” a sus llamadas de teléfono y ha asegurado que la ONU seguirá intentando detener los combates por motivos humanitarios. “Si lo conseguimos, después intentaremos lograr un alto el fuego más organizado”, dijo.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) confirmó 11 muertos entre las 136 personas heridas a las que ha prestado atención médica en el hospital que apoya en El Fasher, en Darfur del Norte, desde el sábado 15 de abril y debido a los intensos combates entre el Ejército y los paramilitares de la Fuerza de Apoyo Rápido (RSF).
La mayoría de los heridos son civiles que quedaron atrapados en el fuego cruzado. “Entre ellos hay muchos niños. Tienen lesiones de extrema gravedad y, hasta el sábado por la tarde, no había capacidad quirúrgica en este hospital”, relató el coordinador del proyecto de MSF en El Fasher, Cyrus Paye.
“Todos los demás hospitales en el norte de Darfur han tenido que cerrar, ya sea por su proximidad a los combates o porque el personal no pudo llegar a las instalaciones debido a la violencia” y por ello no había ningún otro centro al que derivar a los heridos, explicó Paye.
En la capital, Jartum, “la mayoría de los equipos están atrapados por los intensos combates” y no pueden acceder a los almacenes para entregar suministros médicos “vitales” a los hospitales. “Incluso a las ambulancias no se les está permitiendo pasar para recuperar los cuerpos de las personas fallecidas de las calles, o para transportar a los heridos al hospital”, ha denunciado MSF.
Los sanitarios han estado de servicio durante “muchas horas”, prestando una atención vital en “circunstancias extremadamente difíciles y a pesar del impacto que la situación también ha tenido en ellos y en sus propias familias”.
El conflicto estaba latente desde hace semanas entre el jefe del Ejército y líder de facto del país, el general Abdel Fatah al Bur, con su número dos, el general rebelde Mohamed Hamdan Daglo, conocido como “Hemedti”, comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que juntos expulsaron a los civiles del poder en un golpe de Estado en 2021.
Con información de AFP y Europa Press*