El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, levantó este lunes el veto para que Suecia ingrese a la Alianza Atlántica (OTAN). El anuncio llega ad portas de una cumbre que realizará ese organismo en Lituania y en el cual Ucrania tiene la esperanza puesta.
El secretario general de ese organismo, Jens Stoltenberg, dijo que por el acuerdo logrado en esta jornada Erdogan enviará “el Protocolo de Adhesión de Suecia a la Gran Asamblea Nacional tan pronto como sea posible, y trabajará junto a la Asamblea para garantizar la ratificación”.
Previamente, el mandatario turco había puesto una condición para facilitar el intento de Suecia hacia la alianza militar. Esta consistía en un trato recíproco con un camino allanado para que su país forme parte de la Unión Europea (UE).
En el marco de la discusión e incertidumbre, Erdogan sostuvo un encuentro con Stoltenberg y el primer ministro sueco, Ulf Kistersson. Sin embargo, frente a la exigencia, tuvo lugar una reunión del mandatario turco y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Michel señaló que el Consejo “invitó al Alto Representante (para asuntos exteriores de la UE, Josep Borrell) y a la Comisión Europea a presentar un informe con una visión sobre cómo proceder de forma estratégica y con la vista en el futuro”.
La ‘larga’ ruta hacia la UE
Ankara presentó su candidatura para sumarse a la comunidad política en 1987, y doce años más tarde fue considerada ‘elegible‘, pero en la última década no ha habido avances concretos en esa materia.
“Abran primero la vía a la adhesión de Turquía a la Unión Europea y después abriremos la vía a Suecia, como abrimos la vía a Finlandia”, dijo el mandatario de esa nación antes de partir hacia Vilna (la capital lituana).
Entre tanto, Ucrania confía en que los miembros de la Alianza Atlántica muestren una inclinación a favor de permitirle el ingreso aunque el presidente, Volodímir Zelenski, admitió ser consciente de que su entrada seguramente no ocurriría mientras siga la guerra con Rusia. Aun así, el jefe de Estado pidió claridad al respecto.
“Cuando solicitamos unirnos a la OTAN, fuimos francos: ya está de facto en la Alianza. Nuestras armas son las armas de la Alianza. Nuestros valores son aquello en lo que cree la Alianza. Nuestra defensa es el elemento mismo de la fórmula de Europa que la hace unida, libre y pacífica. Vilna debe confirmar todo eso”, expresó Zelenski.
Sobre la adhesión de Ucrania al grupo, se prevé que este levante un obstáculo en el proceso: el requisito del denominado Plan de Acción para la Adhesión (Membership Action Plan, MAP, en inglés), un dispositivo que establece una serie de objetivos de reformas.
Por su parte; el mandatario estadounidense, Joe Biden, ha reiterado que Ucrania debe cumplir con los mismos requisitos que cualquier otro país para integrar ese organismo y mantiene su distancia en ese sentido.
“No creo que esté lista para formar parte de la OTAN”, apuntó el norteamericano a la cadena CNN, antes de considerar que no había consenso entre los aliados sobre la integración de ese país en medio del conflicto. “Estaríamos en guerra con Rusia si ese fuera el caso (...). El proceso de adhesión a la OTAN toma su tiempo”, agregó.
Rusia se pronunció sobre los escenarios y señaló que una eventual entrada de Kiev sería “muy negativo” para la seguridad en Europa. Al panorama se suma la promesa de Washington de enviar bombas de racimo, un tipo de armamento vetado en varias naciones por su potencial mortal que podría derivar en víctimas civiles ‘colaterales’.