Este domingo, Suiza vota en un referéndum sobre varias cuestiones, entre ellas la legalización del matrimonio homosexual. Los suizos le dijeron sí, según un sondeo preliminar tras el cierre de los colegios electorales.
Suiza despenalizó la homosexualidad en 1942, pero diversas autoridades municipales y cantonales disponían de registros que incluían a los homosexuales, en algunos casos hasta principios de 1990.
En muchos aspectos, las parejas registradas tienen los mismos derechos y deberes que los cónyuges casados: pueden elegir un nombre común, estar protegidos en caso de cese de la manutención y recibir una parte de la herencia o la pensión de jubilación de su cónyuge. Desde 2018, las parejas del mismo sexo también pueden adoptar al hijo de su pareja.
Lo que se vota esta día es una enmienda al Código Civil que legaliza el matrimonio entre dos mujeres o dos hombres. En la actualidad, las parejas del mismo sexo solo pueden constituir una pareja registrada, una vía a la que recurren cada año unas 700 parejas.
Las parejas también podrían adoptar conjuntamente un niño y cuando uno de los miembros de la pareja sea extranjero podría beneficiarse de un procedimiento de naturalización más corto y menos costoso.
Los partidarios del matrimonio entre personas del mismo sexo se impondrían, tal y como predecían los sondeos antes del escrutinio, frente a los opositores, principalmente el Unión Democrática del Centro (UDC), el partido más importante del país centroeuropeo, así como ciertos grupos religiosos.
El país alpino se alinearía así con la mayoría de los estados de la Europa occidental. El UDC no había recuperado terreno a medida que se acercaba la fecha del referendo, pero seguía siendo minoritario.
El último sondeo del Instituto gfs.bern, entre el 1 y el 9 de septiembre, mostraba un 55 % a favor y un 27 % en contra. La anterior encuesta, entre el 2 y el 16 de agosto, ofrecía incluso un margen mayor entre el 55 % y el 20 %.
Carteles impactantes
El sondeo destacó que ciertos grupos religiosos del partido conservador UDC —la principal formación del país— se oponían, aunque en sus filas también hay partidarios del sí.
Las parejas del mismo sexo ya pueden sellar un pacto civil, pero el nuevo texto prevé que puedan adoptar a un niño. Además, las uniones entre mujeres podrían recurrir a la donación de esperma, uno de los puntos más controvertidos.
Los opositores centraron su campaña, marcada por carteles impactantes, en la mercantilización de los niños y argumentando que “el matrimonio entre personas del mismo sexo mata al padre”.
En una de sus pancartas, se puede ver a un bebé llorando, con una etiqueta en la oreja generalmente utilizada en el ganado, con la pregunta “¿Bebés por encargo?”.
En otro cartel, una enorme cabeza de zombi, que se supone representa a un padre fallecido, mira a los transeúntes. Una escuela primaria en Valais decidió cubrirlo porque asustaba a los niños.
Impuesto al capital
Por otra parte, según las encuestas del Instituto gfs.bern, los electores rechazaron una segunda propuesta lanzada por iniciativa de los jóvenes del Partido Socialista cuyo lema era “¡El dinero no trabaja, tú sí!”.
La iniciativa exigía que los ingresos del capital (intereses, dividendos, por ejemplo) se graven 1,5 veces más que los del trabajo.
Preveía una exención de este impuesto por una suma de, por ejemplo, 100.000 francos anuales (unos 108.000 dólares, 92.000 euros), pero los ingresos fiscales adicionales se utilizarían para reducir la tributación de los ingresos bajos y medios o para financiar prestaciones sociales como guarderías, subsidios al niño, seguro médico o de formación, destaca el sitio web de los partidarios de esta propuesta.
Los sondeos ya daban la iniciativa por perdida.
Con información de la AFP.