La exlíder birmana Aung San Suu Kyi, acusada de varios cargos por la junta, compareció el lunes por primera vez en persona ante un tribunal desde el golpe de Estado y desafió a los generales que la depusieron. Suu Kyi, de 75 años, está en arresto domiciliario y no ha sido vista en público desde su detención el 1 de febrero, pero parece tener “buena salud”, le dijo a la AFP su abogada Min Min Soe, a quien se le permitió reunirse con ella durante 30 minutos con otros defensores.
Antes de la vista, se mostró desafiante con la junta, diciendo que su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), “existirá mientras el pueblo exista, porque fue fundada para el pueblo”, según su abogada. Lo dijo pues los generales birmanos amenazan con disolver el partido, que ganó las elecciones parlamentarias de 2020 por amplia mayoría, alegando un fraude en la votación. Mientras tanto, la comisión electoral, muy cercana al régimen, dijo que su investigación estaba casi terminada.
Aung San Suu Kyi se encuentra entre las más de 4.000 personas detenidas desde el golpe y ha sido acusada seis veces desde su detención. Se enfrenta a numerosos cargos que van desde la posesión ilegal de walkie-talkies hasta la incitación al desorden público y la violación de una ley de secretos de Estado.
Si es declarada culpable, podría ser expulsada de la política e incluso condenada a varios años de prisión.
El presidente de la Comisión Electoral de Birmania, Thein Soe, afirmó que está casi terminada la investigación sobre los resultados de las elecciones legislativas de noviembre pasado.
“Vamos a analizar lo que debemos hacer con el partido (LND), que actuó de forma ilegal: o disolverlo o encausar a quienes cometieron” esos actos ilegales, como “traidores a la nación”, afirmó Soe en un video divulgado por medios locales.
La Comisión Electoral se reunió el viernes con los partidos políticos para discutir posibles cambios en el sistema electoral, pero la LND no estuvo representada en la reunión.
El líder de la junta militar, Min Aung Hlaing, justificó el golpe militar que el 1 de febrero derrocó al gobierno civil de Suu Kyi por los supuestos fraudes cometidos por el partido de esta líder civil, la LND, que los ganó ampliamente.
Casi 4 meses después del golpe de Estado, Birmania sigue en caos
Birmania está sumida en el caos desde el golpe de Estado, con manifestaciones y huelgas masivas que paralizan la economía. La oposición está siendo reprimida con sangre por las fuerzas de seguridad, que en los últimos meses mataron al menos a 818 civiles, entre ellos numerosos mujeres y niños, según la Asociación de Apoyo a los Presos Políticos (AAPP).
Decenas de miles de birmanos también tuvieron que desplazarse por los enfrentamientos entre el ejército y las milicias étnicas, muy extendidas en el país. La sangrienta represión del ejército también ha llevado a los opositores a la junta a formar una Fuerza de Defensa del Pueblo (PDF), una especie de milicias compuestas por civiles armados precariamente.
Mientras tanto, el líder de la junta, Min Aung Hlaing, sigue al mando. Respondiendo a una pregunta sobre sus futuros planes, le dijo a la cadena Phoenix de Hong Kong que no tenía “ni idea”.
Con información de AFP.