Cien años de confrontaciones, resentimiento y abusos se cumplieron el 16 de mayo, en el aniversario del acuerdo Sykes-Picot, celebrado entre Francia y Reino Unido para repartirse Oriente Medio ante la inminente derrota del Imperio otomano, su dueño de entonces. Como era de esperarse, los límites que trazaron en 1916 según sus propios intereses no tuvieron en cuenta las minorías étnicas y religiosas, por lo cual los países resultantes, Irak, Jordania, Líbano y Siria, no han podido salir, ni siquiera un siglo después, de la espiral de conflicto.En fuego cruzado entre los grupos terroristas, los kurdos, las milicias rebeldes, los gobiernos débiles y la intervención internacional, hoy las consecuencias de la colonización europea siguen destrozando a la región, cosa que a Occidente parece importarle poco. Sykes-Picot es el antecedente más lejano del proyecto de grupo terrorista Estado Islámico, que prometió borrar todas las fronteras y crear el califato que el panislamismo del siglo XX nunca logró