Nueva Zelanda aprobó un marco regulatorio para los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado. Esta nueva ley mantiene una regulación estricta tanto para los productos combustibles, cigarrillos, como para aquellos con sistemas electrónicos.
Lo relevante es que esta ley permite un tratamiento diferenciado para los electrónicos, como los vapeadores, ya que considera que tienen beneficios de reducción de daños en comparación con los cigarrillos.
La nueva regulación busca apoyar a los fumadores adultos que no pretenden dejar de fumar para que se cambien a otras alternativas de riesgo reducido, al tiempo que evita la iniciación de las personas no fumadoras.
La ley permite el uso de advertencias que busquen concientizar a los fumadores de que podrían reducir los riesgos de fumar si se cambian a opciones menos dañinas para la salud.
Según el documento oficial aprobado, la diferenciación se hace con el objetivo de “apoyar a los fumadores adultos para que cambien a productos regulados” ya que estos son “significativamente menos dañinos que fumar”.
Con lo anterior, Nueva Zelanda tiene la meta de alcanzar un país libre de humo para 2025, que se refleja en que solo el 5 por ciento o menos de la población adulta fume.
Esta regulación diferenciada pretende ser una forma de educación para los fumadores, y manifiesta su preocupación por evitar y prevenir la iniciación en los jóvenes.
El resultado es que la regulación diferenciada se combina con controles estrictos en todas las categorías de productos relacionados al tabaco y sistemas electrónicos. La ley sigue prohibiendo la publicidad comercial, pero se invierte significativamente en campañas de salud pública para proporcionar información precisa sobre las alternativas.
La nueva regulación permite que en las tiendas minoristas o en el comercio en línea se incluyan avisos con frases como: “Sustituir completamente su cigarrillo por un vapeador reducirá los daños a su salud” o “Si fuma, cambiar por completo su cigarrillo por el vapeo es una opción mucho menos dañina”.
Dichas iniciativas publicitarias surgen con la intención de alejar a los fumadores de los productos combustibles, es decir, los cigarrillos.
El marco regulatorios pretende aspectos como:
Es un esfuerzo por prevenir la iniciación de los jóvenes y, al mismo tiempo, proporcionar a los fumadores adultos el acceso a sabores que pueden fomentar el cambio. Por ello, se ha introducido un modelo de venta al por menor de dos niveles que limita el acceso a los sabores más allá del tabaco, la menta y el mentol a los canales de venta al por menor especializados, con licencia y restricción de edad.
Es el primer país que suprime las advertencias sanitarias gráficas y el empaquetado estandarizado de los productos de tabaco calentado. Además, ahora se diferencia el contenido de las advertencias de texto para estos últimos en comparación con los cigarrillos.
El modelo de venta al por menor pretende limitar el acceso de los jóvenes sin discriminar las ventas en línea. Tanto los productos de vapeo como los de tabaco calentado pueden pedirse por Internet, y la ley exige que los minoristas sólo vendan y suministren estos productos a clientes mayores de 18 años.
Finalmente, este país ha rechazado clara y explícitamente la postura de la OMS de que los dispositivos deben considerarse un producto de tabaco y regularse igual que los cigarrillos. La ley establece que “un producto de vapeo que contiene tabaco no es un producto de tabaco”.
Con esta nueva ley Nueva Zelanda puede convertirse en un punto de referencia para otros países y gobiernos, ya que esta regulación al mismo tiempo que pretende apoyar a los fumadores adultos que no dejan de fumar para que se cambien, también pude evitar la iniciación de los no fumadores.