Una delegación talibana llegó este sábado a Oslo para iniciar conversaciones con diplomáticos occidentales y representantes de la sociedad civil afgana que, según un portavoz del gobierno islamista, ayudarán a cambiar la “atmósfera bélica” en el país.

Según imágenes del diario Verdens Gang (VG), un avión fletado por el gobierno noruego aterrizó por la tarde en el aeropuerto internacional de la capital del país escandinavo con quince representantes del gobierno afgano.

Aunque hasta ahora ningún país ha reconocido al gobierno talibán, el domingo se iniciarán en Oslo (Noruega) conversaciones entre los nuevos dirigentes de Afganistán y diplomáticos occidentales.

“El Emirato Islámico [nombre dado por los talibanes a su régimen] ha dado pasos para satisfacer las demandas del mundo occidental y esperamos reforzar las relaciones diplomáticas con todos los países”, declaró el sábado a la AFP el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid.

Los talibanes, en el poder desde agosto tras su rápida conquista del país, quieren “cambiar la atmósfera bélica (...) por una situación pacífica”, añadió.

La delegación talibana tiene previsto reunirse con las autoridades noruegas y con representantes de otros países aliados, como Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y la Unión Europea.

Las conversaciones se centrarán en el respeto de los derechos humanos, especialmente los de las mujeres, condición impuesta para una eventual restauración de las ayudas internacionales que financiaban el 80 % del presupuesto de Afganistán, sumido en una profunda crisis humanitaria.

El encuentro, que se prolongará hasta el martes, “no constituyen una legitimación o reconocimiento de los talibanes”, insistió el viernes la ministra noruega de Relaciones Exteriores, Anniken Huitfeldt.

“Pero tenemos que hablar con las autoridades que dirigen de facto el país. No podemos dejar que la situación política conduzca a un desastre humanitario aún mayor”, dijo.

Desde agosto, la ayuda internacional se detuvo repentinamente y Estados Unidos también congeló 9.500 millones de dólares en activos del banco central afgano.

El desempleo se ha disparado y los sueldos de los funcionarios llevan meses sin cobrar en un país ya asolado por una grave sequía. Según la ONU, la hambruna amenaza ya a 23 millones de afganos, el 55 % de la población.

La delegación de los talibanes, integrada por 15 representantes, compuesta únicamente por hombres y dirigida por el ministro de Exteriores Amir Khan Mutaqqi, dejó este sábado Kabul a bordo de un avión fletado por el gobierno noruego, precisó en Twitter un portavoz talibán.

Estas negociaciones fueron condenadas por el Frente Nacional de Resistencia (FNR), un grupo de oposición que sigue resistiendo en Afganistán a los fundamentalistas islamistas.

Las conversaciones pueden “normalizar a un grupo terrorista y convertirlo en representante de Afganistán”, tuiteó el viernes Ali Maisam Nazary, delegado de Asuntos Exteriores del FNR.

Funcionarios “novatos”

Los talibanes se han abstenido de promulgar medidas a escala nacional que puedan irritar a la comunidad internacional y bloquear la llegada de fondos de los que tienen una necesidad urgente.

Pero los funcionarios provinciales han publicado orientaciones y edictos basados en interpretaciones locales de la Ley Islámica y en tradiciones que han cercenado los derechos de las mujeres.

Las estudiantes de secundaria no han podido regresar a sus colegios en provincias, donde muchas universidades han cerrado, y a las mujeres se les ha prohibido trabajar en la administración pública.

Las mujeres que realizan viajes largos deben además estar acompañadas por un hombre de su familia y en las calles se ven carteles que les ordenan usar burka, un velo integral con una rejilla de tela sobre los ojos.

En la provincia de Bagdis (noroeste), la policía religiosa amenazó con disparar contra las mujeres que trabajen para oenegés si no llevan burka, informaron el viernes empleados de las organizaciones.

Mujahid, que ocupa también el cargo de viceministro de Cultura e Información, disculpó esas amenazas e intimidaciones, alegando que esas fuerzas regionales eran “novatas (...) y no muy profesionales”.

*Con información de AFP