El regreso del movimiento extremista talibán al poder en Afganistán ha generado caos y temor entre los ciudadanos afganos, a tal punto de que cientos de ellos han intentado huir del país durante las últimas semanas, incluso arriesgando sus propias vidas.
Los talibanes han recuperado el control casi total del territorio nacional después de 20 años de una guerra marcada por una política de intervención liderada por Estados Unidos, que se inició luego de los atentados terroristas cometidos contra el World Trade Center o Torres Gemelas en Manhattan, Nueva York, en el año 2001.
Recientemente se conoció la noticia sobre el presunto asesinato por parte de los talibanes de una mujer policía llamada Negar Masoomi, quien se encontraba en estado de embarazo en el momento en que fue asesinada frente a su familia el pasado sábado 4 de septiembre en la provincia de Ghor, en la región central de Afganistán.
El hijo de la mujer, Mohammad Hanif, denunció que los autores del crimen fueron los miembros del grupo extremista islámico, mientras que un periodista local le confirmó al medio norteamericano CNN que la mujer policía había sido asesinada. Las fuentes citadas por dicho medio revelaron que la mujer trabajaba en una prisión de Ghor y tenía ocho meses de embarazo cuando murió.
El asesinato se llevó a cabo a pesar de que el grupo extremista juró “respetar” los derechos de las mujeres. Entre tanto, voceros del movimiento talibán negaron su autoría en el crimen y manifestaron que pondrán en marcha la respectiva investigación para aclarar si hubo participación de sus miembros en lo sucedido.
Sin embargo, un video revelado por CNN confirmó el testimonio del hijo de la mujer, Mohammad Hanif, quien ratificó su versión en la que asegura que los autores del asesinato fueron los talibanes. El joven narró que primero llegaron a su vivienda y se lo llevaron a él y a sus hermanas a una zona afuera del hogar. Allí los ataron y luego asesinaron a su madre.
“Mataron a nuestra madre ante nuestros ojos. La mataron con un cuchillo”, afirmó Hanif, además de insistir en que las autoridades deberán investigar el caso para hacer justicia en contra de los asesinos.
En declaraciones citadas por CNN, el joven Hanif advirtió que si no se hace justicia en el caso de su madre, “podríamos tener que tomar la ley en nuestras propias manos”.
Finalmente, un portavoz de los talibanes insistió en que no fueron los autores del crimen. “No ha sido asesinada por los muyahidines del Emirato Islámico, probablemente se deba a una animosidad personal (...)”, aseguró.
Cabe resaltar que las mujeres afganas son las más afectadas por la toma del poder del país por parte de los talibanes, pues sus creencias religiosas extremistas afectan de manera directa la libertad y los derechos de la población femenina. Hace pocos días, otra mujer fue asesinada por los talibanes en pleno espacio público por el simple hecho de no llevar puesta una burka, prenda de vestir tradicional que obligan a usar a las mujeres musulmanas.
La mujer fue asesinada en la provincia de Takhar y en redes sociales circulan imágenes de su cuerpo tendido en un charco de sangre, con sus seres queridos acurrucados a su alrededor, después de que los insurgentes la mataran.
Según Fox News, los combatientes talibanes dispararon y mataron a esta mujer, poco después de que el grupo se comprometió a marcar el comienzo de una nueva era inclusiva en el país que honra los “derechos de las mujeres”.
El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, celebró una conferencia de prensa para decir que los insurgentes respetarían los derechos de las mujeres, dentro de la estricta ley Sharia.
En las últimas semanas, más de un centenar de mujeres salieron a las calles de Kabul, capital de Afganistán, con el objetivo de exigir sus derechos y dejar de lado las restricciones y prohibiciones que llegarían con los talibanes, ante su toma del poder.