La familia del cantante de folk afgano Fawad Andarabi denunció que el hombre fue asesinado por los talibanes el pasado viernes.

El hecho ocurrió días después de que el régimen talibán prohibiera la música en todo Afganistán por considerar que no hace parte del islam.

La familia de Fawad Andarabi le dijo a The Associated Press que fue asesinado después de que los agentes talibanes registraron su casa y bebieron té con él.

“Le dispararon en la cabeza en la granja. Era inocente, un cantante que solo entretenía a la gente”, dijo su hijo, Jawad.

El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, dijo a AP que los insurgentes investigarían el incidente, pero no tenía más detalles sobre el asesinato en la zona.

“La música está prohibida en el Islam”, dijo Mujahid al New York Times días atrás, mientras insistía: “Esperamos poder persuadir a la gente para que no haga esas cosas, en lugar de presionarlos”.

El exministro del Interior de Afganistán, Masoud Andarabi, que no está relacionado, compartió imágenes del cantante actuando y dijo que fue “brutalmente asesinado” simplemente por “traer alegría a este valle y a su gente”.

“Mientras cantaba aquí ‘nuestro hermoso valle ... la tierra de nuestros antepasados’ no se someterá a la brutalidad de los talibanes”, tuiteó.

Karima Bennoune, relatora especial de las Naciones Unidas sobre derechos culturales, dijo que estaba “gravemente preocupada” por el asesinato de Andarabi.

“Hacemos un llamado a los gobiernos para que exijan a los talibanes que respeten los derechos humanos de los artistas”, tuiteó.

Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, también condenó el asesinato.

“Existe una creciente evidencia de que los talibanes de 2021 son los mismos que los intolerantes, violentos y represivos talibanes de 2001”, tuiteó. “Nada ha cambiado en ese frente”.

Muyahid también ha dicho que los traductores e intérpretes locales que hayan trabajado para el Ejército estadounidense estarán seguros en Afganistán, y ha reprochado a los países occidentales que tratan de sacar a trabajadores cualificados del país, como doctores o profesores.

También ha prometido que las mujeres podrán salir solas de casa para “ir a la escuela, a la universidad o al hospital”, y que la necesidad de ir acompañadas de un hombre solo se aplicará a viajes de más de tres días.

Sin embargo, en una rueda de prensa el pasado martes, Muyahid pidió a las mujeres afganas que tuvieran que ir al trabajo que se quedaran en casa por el momento, ya que no podía garantizar su seguridad en presencia de los combatientes talibán.

El portavoz de los talibán también ha asegurado que esperan tener buenas relaciones diplomáticas con la comunidad internacional una vez establezcan su gobierno en el país, apoyándose en áreas como la lucha contra el terrorismo o la migración.

Mientras tanto, cada vez más naciones occidentales anuncian el final de las evacuaciones de ciudadanos y personal afgano desde el aeropuerto de la capital, Kabul, a medida que crece el miedo a un posible ataque terrorista en la zona.

Bélgica y Países Bajos han anunciado que este jueves saldrán sus últimos vuelos desde Kabul, y tanto Alemania como Francia pondrán fin a las evacuaciones el viernes.

Los talibán han dejado sin efectivos de seguridad al expresidente de Afganistán Hamid Karzai y al responsable del Consejo para la Reconciliación Nacional, Abdulá Abdulá, figuras políticas clave en las negociaciones que ya están en marcha para conformar supuestamente un Gobierno inclusivo, según fuentes citadas por CNN.

Estas fuentes han asegurado que los talibán incautaron las armas del equipo de seguridad de Karzai el lunes, lo que llevó al expresidente a mudarse con Abdulá. Dos días más tarde, la redada llegó también a casa de este último, que se ha quedado igualmente sin vigilancia armada.