Luego de tres semanas de haberse tomado el poder político en Afganistán y después de un par de días de haber formado gobierno, con Mohammad Hassan Akhund a la cabeza, los talibanes le han pedido a los Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) excluir a sus líderes de las listas negras en las que aparecen.
De igual forma, voceros del grupo terrorista condenaron las declaraciones recientes que han hecho funcionarios de la administración Biden y miembros de la ONU en contra de miembros talibanes, por lo que también han pedido que se eviten este tipo de comentarios públicos.
“Instamos a que estas políticas incorrectas se reviertan de inmediato a través de interacciones diplomáticas”, indicó en un comunicado de prensa el nuevo Gobierno de los talibanes.
Sin embargo, más de una docena de personas que hacen parte del recién formado gobierno están incluidos en una lista negra de terroristas elaborada por el Consejo de Seguridad de la ONU, quienes también tienen órdenes de captura por las agencias de seguridad de los Estados Unidos.
Uno de los más buscados es Sirajuddin Haqqani, nuevo ministro del Interior, por quien Estados Unidos paga una recompensa de US$10 millones para quien dé información que permita su captura, pues actualmente es el líder de la red Haqqani, fundada por su padre, Jalaluddin Haqqani.
Esta organización insurgente fue creada hace un par de décadas para luchar contra la invasión soviética de Afganistán, aunque luego se convirtió en uno de los grupos más temidos en Medio Oriente, debido a lo sanguinario de sus atentados, por lo que EE.UU. decidió declararla grupo terrorista en 1996.
“Funcionarios del Pentágono han comentado que algunos miembros del gabinete del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) o miembros de la familia del difunto Haqqani están en las listas negras de Estados Unidos y siguen siendo objetivos”, subrayó.
En opinión de los talibanes “esta posición es una clara violación del acuerdo de Doha que no beneficia ni a los Estados Unidos ni a Afganistán”, con relación al acuerdo alcanzado por el grupo y el Gobierno de Donald Trump en febrero del año pasado en dicha ciudad y que permitió la retirada de las tropas americanas del país asiático.
En el mismo sentido, los talibanes afirmaron que “la familia del honorable Haqqani es parte del Emirato Islámico y no tiene un nombre ni una estructura organizativa separados”, señaló el portavoz en el comunicado.
Exprisioneros de Guantánamo tendrán altos cargos
Esta semana se anunciaron finalmente a las personas que harán parte del nuevo gobierno talibán en Afganistán, luego de que el grupo terrorista se hiciera con el poder político en este país, tras la salida de las tropas estadounidenses a mediados de agosto.
El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, informó el martes que Mohammad Hasan dirigirá el nuevo gobierno talibán, mientras que el cofundador de la organización, Abdul Ghani Baradar será el número dos del nuevo Ejecutivo talibán, indicó Mujahid en rueda de prensa en Kabul.
“Sabemos que la gente de nuestro país ha estado esperando un nuevo gobierno”, agregó el portavoz Zabihullah Mujahid.
Ha llamado la atención de la comunidad internacional que cuatro miembros principales del nuevo gobierno son exprisioneros de la Bahía de Guantánamo, la cárcel de máxima seguridad que tiene Estados Unidos.
Los hombres fueron liberados en la administración del expresidente Barack Obama, a cambio de que la red Haqqani, socia de los talibanes, liberara al desertor del ejército Bowe Bergdahl.
Los talibanes anunciaron el martes el nombramiento del director interino de Inteligencia Abdul Haq Wasiq; el ministro interino de Fronteras y Asuntos Tribales, Norullah Noori; el viceministro de Defensa, Mohammad Fazl, y el ministro interino de Información y Cultural, Khairullah Khairkhah.