Los talibanes ejecutaron este miércoles a un hombre, en el primer ajusticiamiento público realizado por los yihadistas desde su regreso al poder en Afganistán en agosto de 2021.
El líder supremo talibán, Hibatullah Akhundzada, ordenó el mes pasado a los jueces implementar plenamente algunos aspectos de la ley islámica como las ejecuciones públicas, las lapidaciones, las flagelaciones o, en el caso de los ladrones, la amputación de miembros.
El movimiento islamista sunita ya había llevado a cabo varias flagelaciones públicas, pero la ejecución de este miércoles es la primera anunciada por los talibanes desde que reconquistaron el poder.
El ajusticiamiento tuvo lugar en Farah, la capital de la provincia homónima situada en el oeste del territorio. Según un comunicado difundido por los talibanes, el hombre ejecutado se llamaba Tajmir, residía en la provincia de Herat y fue condenado por un asesinato llevado a cabo en 2017.
“El tribunal supremo recibió instrucciones para aplicar esta orden de qisas durante una concentración pública de los habitantes”, declaró el portavoz talibán Zabihullah Mujahid en el documento.
La qisas es un principio islámico similar a la ley del talión, que consiste en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó.
Mujahid precisó a posteriori en un tuit que el condenado fue impactado tres veces con un fusil Kaláshnikov manipulado por el padre de la víctima. Los talibanes precisaron en el comunicado que el hombre había admitido su culpabilidad.
Severas restricciones
En su primera gestión al frente de Afganistán (1996-2001), los talibanes infligieron regularmente castigos corporales en público, como flagelaciones y ejecuciones en el estadio nacional de Kabul.
“Recuerdo cuando infligían esas penas” durante su primer gobierno, señaló la activista de derechos humanos Ogai Amil. Los talibanes solían pedir al público que acudiera, añadió.
La activista dijo que la ejecución del miércoles le recordó estos días y que “sacudía la conciencia humana”. “¿Por qué tiene que ocurrir únicamente en Afganistán?”, se preguntó.
Con esta ejecución, “Hibatullah Akhundzada recuerda que la única ley válida es la de Dios y que los hombres no deben interpretarla”, analizó Karim Pakzad, investigador del Instituto francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas.
Los talibanes enfrentan actualmente resistencias dentro del propio gobierno y la “sharía, ase ideológica del movimiento, es una manera de unir y crear unidad”, añadió.
Desde su regreso al poder en agosto de 2021, los talibanes han impuesto severas restricciones a las niñas y las mujeres para que se ajusten a su visión ultrarigorista del islam, alejándolas de la vida pública.
Los islamistas radicales prohibieron la enseñanza secundaria para las niñas en la mayoría de provincias y vetaron a las mujeres de muchos empleos gubernamentales. También ordenaron a las mujeres cubrirse totalmente en público, idealmente con una burka, el velo integral.
Mujahid aseguró que el caso de este miércoles había sido examinado por una serie de tribunales antes de llegar al tribunal Supremo.
“El caso fue examinado de manera muy precisa”, aseguró en el comunicado. “Al final, ordenaron aplicar la ley de la sharía de retribución al asesino”.
Akhundzada gobierna por decreto desde Kandahar, la ciudad donde nació el movimiento. El comunicado precisa que una decena de funcionarios de la corte y de representantes talibanes acudieron a la ejecución.
Los yihadistas regresaron al poder después de la retirada de Estados Unidos en Afganistán y habían prometido suavizar la aplicación de la sharía.
*Con información de AFP.