La jefa de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), Roza Otunbayeva, ha afirmado ante el Consejo de Seguridad de la ONU que es “imposible” que el gobierno instaurado por los talibanes en Afganistán sea reconocido por la comunidad internacional, si siguen vigentes las restricciones contra las mujeres y las niñas.
Otunbayeva ha explicado este miércoles que “todavía no han recibido explicaciones” por parte de los talibanes sobre el veto a su personal femenino en el país y ha dejado claro que las mujeres que trabajan para las agencias de la ONU “no serán reemplazadas por colegas hombres”, como han sugerido las autoridades de facto.
“La prohibición de abril apunta directamente a Naciones Unidas. Los talibanes piden ser reconocidos por la ONU, pero al mismo tiempo actúan en contra de los valores fundamentales expresados en la Carta de Naciones Unidas”, ha sentenciado Otunbayeva.
En concreto, esta prohibición se suma a otras anteriores impuestas por las autoridades de facto, como el veto a que las mujeres y niñas asistan a las escuelas y universidades, así como la exclusión de las mujeres de la vida económica, social y pública, pues les prohíben visitar parques, baños o gimnasios.
“El régimen talibán sigue siendo insular y autocrático. La composición del gobierno ‘de facto’ es enteramente de hombres, y casi totalmente derivado de la base política pastún y rural de los talibán”, ha agregado.
Por otro lado, Otunbayeva ha alertado que la prohibición a los cultivos del opio en el país ha producido un impacto económico sobre las personas que se dedican a sostener la economía rural en el país. “Los donantes deben considerar la posibilidad de asignar fondos a programas alternativos que aborden las necesidades específicas de los agricultores afectados”, ha indicado.
Las autoridades instauradas por los talibanes, tras hacerse con el poder en agosto de 2021, han hecho frente a críticas por sus restricciones a las libertades civiles, incluido el cierre de centros educativos y la exclusión de las alumnas de los mismos, en medio de una batería de medidas discriminatorias contra las mujeres que las alejan de sus puestos de trabajo y rigen aspectos de su vida diaria.
Por otro lado, la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada al Nashif, ha asegurado el pasado lunes que los talibanes “han borrado” a las mujeres y niñas afganas de la vida pública y les han arrebatado sus “derechos y libertades fundamentales”.
“Los derechos de las mujeres y las niñas han retrocedido a nivel mundial durante los últimos años, pero en ningún lugar este flagelo ha sido tan profundo y generalizado como en Afganistán, a partir de la toma del poder en agosto de 2021″, ha afirmado Al Nashif durante su participación en el diálogo interactivo del Consejo de Derechos Humanos, según un comunicado.
A pesar de que los talibanes aseguraron que las mujeres serían protegidas por la ‘sharia’, en los últimos 22 meses han sido restringidas en “todos los aspectos” de sus vidas.
Según Al Nashif, Afganistán es el único país del mundo que prohíbe trabajar a las mujeres en organizaciones internacionales y emplearse fuera del hogar; las niñas ni siquiera pueden recibir más educación que la escuela primaria. “La comunidad internacional no puede permitir que se acepte, y mucho menos que se normalice”, añadió.
La ONU ha explicado el “clima de miedo” en el que viven las mujeres afganas por las “excesivas restricciones e injustificables”, como el de necesitar de un acompañante masculino no solo para viajar, sino para salir de sus casas para recibir atención médica. Tampoco existe un sistema judicial “sensible al género y accesible para ellas”.
El relator especial sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, Richard Bennett, ha reiterado que “la discriminación grave, sistemática e institucionalizada contra mujeres y niñas” es parte del “corazón de la ideología y el poder de los talibanes”.
“Esto equivaldría a un apartheid de género, una grave violación de los derechos humanos que, aunque todavía no es un crimen internacional explícito, necesita ser investigado. Esperamos que toda la comunidad internacional se una a la lucha por los derechos de las mujeres afganas”, subrayó.
Deterioro de la salud mental
Por su parte, la presidenta del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Discriminación contra Mujeres y Niñas, Dorothy Estrada-Tanck, ha indicado que las mujeres afganas se enfrentan a una “presión extrema”, debido a una situación opresiva, de pobreza y de incertidumbre.
“El deterioro de la salud mental es una de las principales preocupaciones de todas las mujeres con las que hemos hablado y, según una encuesta, cerca del 50% de ellas conoce al menos a una mujer o niña que padece ansiedad o depresión, desde agosto de 2021, y el 7,8% conoce a una mujer o niña que ha intentado suicidarse”, ha detallado Estrada-Tanck.
Además, ha advertido que esta situación da lugar a más violencia doméstica, a los matrimonios forzados e infantiles, a la venta de niños, al trabajo infantil, a la trata de personas y a la migración peligrosa.
Estrada-Tanck ha hecho especial énfasis en los asesinatos relacionados con el género, que ocurren tanto en los hogares como en espacios públicos o en centros de detención, y se cometen “con impunidad”.