Un taxista en Reino Unido fue encontrado culpable por casi quitarle la vida a quien era hasta hoy su pareja.
Dony Varghese, de 37 años de edad, estaba casado hace diez años con su esposa y tenían dos hijos. Sin embargo, su relación cambió drásticamente en las últimas semanas, cuando en dos ocasiones la estranguló, atentando contra su vida.
El acto violento contra su mujer ocurrió luego de que él la escuchara hablar con su hermano, a quien le contó que quería separarse de él.
El taxista al escuchar estas palabras, se fue encima de ella, incluso cuando seguía al teléfono, lo cual permitió tener pruebas de su intento de asesinato.
Pero esta no fue la primera vez que cometía este acto. Días antes, en la misma casa, el hombre se le fue encima a su esposa, pero en esta ocasión ella logró escapar. En esa ocasión, el hecho ocurrió por un ataque de celos.
La mujer decidió entablar una denuncia en contra de su pareja y, según publica el diario Daily Mail, el juez, Recorder Dyfed Llion Thomas, lo encontró culpable de los dos cargos de estrangulamiento intencional.
‘Ella realmente creía que la ibas a matar y mientras la agredías le decías a su hermano al teléfono que mirara lo que tu le podías hacer a tu hermana’. Te sentaste encima de ella y le pegaste en la cara, gritando mientras la golpeabas con cada bofetada. Ese clip fue, francamente, escalofriante”, argumentó el juez quien ordenó de manera inmediata su arresto y traslado a una prisión.
Varguese no tenía antecedentes penales, sin embargo, sus celos le jugaron una mala pasada que hoy lo tiene tras la rejas.
Hombre ‘obsesionado’ siguió a su novia desde Pakistán hasta el Reino Unido y la asfixió con una mascarilla facial de la covid-19
Un hombre ‘obsesionado’ siguió a una mujer desde Pakistán hasta el Reino Unido y la asfixió con una máscara facial Covid, fue la historia que escuchó un tribunal británico.
Muhammad Arslan, de 27 años, metió el cuerpo de Hina Bashir, de 21, en una maleta y lo tiró entre los arbustos cerca de un polígono industrial donde trabajaba como repartidor.
Arslan había seguido a la estudiante de administración de empresas desde su pueblo natal en Pakistán después de obsesionarse con ella cuando era una adolescente, según el Daily Mail.
Le dijo a sus amigos que ella era su prometida a pesar de que estaba saliendo con otros hombres y le envió mensajes diciendo que ella era su ‘vida’, le dijeron al jurado.
Según los informes oficiales, Arslan metió la mascarilla tan profundamente en su boca, en su casa en Ilford, que la señorita Bashir no podía respirar.
Le había pedido a un compañero de piso que trabajaba como taxista que lo llevara al sitio industrial, diciendo que tenía que “dejarle algo a un amigo”.
Arslan ha admitido el homicidio involuntario, pero niega el asesinato alegando que no tenía la intención de matarla. También niega haber obstruido el curso de la justicia al disponer del cuerpo.
El tribunal escuchó que la señorita Bashir fue a la casa de Arslan en Natal Road, Ilford, el 11 de julio de 2022, se quedó allí una noche cuando se mudó y dejó algunas pertenencias.
El fiscal Gareth Patterson, KC, dijo: “Ella fue acompañada por una amiga. Entró en la casa en la que vivía el acusado, pero no volvió a salir y su amiga tuvo que irse sin ella”.
“Hina Bashir nunca salió viva de esa casa. A la mañana siguiente, el acusado salió de su casa arrastrando una maleta. Esta contenía el cadáver de Hina Bashir”, dicen los informes.
Lo llevó un taxista que vivía en la casa. Viajaron a un polígono industrial por la M25. “Se bajó del taxi, tomó la maleta y la arrastró hasta el costado de un camino donde la escondió entre la maleza”, apunta el tribunal. Dejó esa maleta escondida allí en los días siguientes.
Los amigos y la familia de Hina Bashir se preocuparon por su desaparición. Su falta de contacto estaba fuera de lugar. “Empezaron a hacerse preguntas. Pasaron unos días, llamaron a la policía y comenzaron las investigaciones”, según el diario el Daily Mail.
Durante la investigación, se descubrió esa maleta y se abrió, revelando en su interior el cadáver de la Sra. Bashir. “En el examen, el patólogo descubrió que le habían metido una mascarilla en la boca. Allí lo encontraron hecho una bola. Había forzado su lengua hacia atrás, bloqueando sus vías respiratorias en la parte posterior de su garganta”.