El Servicio Sismológico Nacional de México reportó un sismo de magnitud 4.3 con epicentro a 36 kilómetros de Arriaga, ciudad del estado de Chiapas. Según el reporte de los organismos, el movimiento telúrico se produjo sobre las 11:51 de la noche, hora local y tuvo una profundidad de 89 kilómetros.
En medio del monitoreo, los socorristas y las autoridades no reportaron lesionados ni daños materiales luego del temblor que sorprendió a los habitantes de esta región ubicada al sur del país centroamericano.
Pero este no fue el único evento sísmico registrado en México durante este domingo 10 de septiembre, pues en la mañana, sobre las 6:32 a. m., un sismo de magnitud 4.0 tuvo epicentro a 85 kilómetros de la ciudad de Cihuatlán, en el municipio de Jalisco. El movimiento telúrico tuvo una profundidad de 13 kilómetros.
Los temblores en diferentes partes del mundo, como México y Colombia, mantienen en alerta a la población, luego del terremoto registrado en Marruecos el viernes 8 de septiembre y el cual ha dejado, hasta el momento, más de 2.000 personas muertas.
Aunque los movimientos telúricos no tienen ninguna relación entre sí, la información que se genera y el material difundido ampliamente en redes sociales sí pueden provocar algo de tensión entre las personas que consumen este material, por lo que el nerviosismo está latente entre las personas que han percibido estos últimos sismos.
Cifra de muertos por terremoto en Marruecos asciende a 2.500
Los equipos de rescate marroquíes, apoyados por refuerzos extranjeros, continúan el lunes sus esfuerzos para encontrar supervivientes y asistir a los cientos de personas cuyas casas quedaron arrasadas por el sismo que dejó casi 2.500 muertos.
El terremoto, el más grave en el reino desde más de seis décadas, devastó el viernes por la noche pueblos enteros en la región situada al suroeste de la turística ciudad de Marrakech (centro), y causó 2.497 muertos y 2.476 heridos, según el último balance oficial publicado el lunes.
Marruecos anunció el domingo por la noche que había aceptado las propuestas de España, Reino Unido, Catar y Emiratos Árabes Unidos de “enviar equipos de búsqueda y rescate”.
Rescatistas españoles estaban presentes en dos localidades golpeadas por el temblor al sur de Marrakech, Talat Nyaqoub y Amizmiz, según constataron periodistas de la AFP.
En Talat Nyaqoub, fueron desplegados 12 ambulancias, varias decenas de 4x4 del ejército y la gendarmería. Un centenar de socorristas marroquíes reciben órdenes antes de comenzar las operaciones de búsqueda.
No muy lejos, un equipo de 30 bomberos españoles, un médico, una enfermera y dos técnicos se coordinan con las autoridades marroquíes para iniciar las labores.
Numerosos países como Francia, Estados Unidos o Israel se pusieron a disposición del reino norafricano.
“La gran dificultad está en las zonas alejadas y difíciles de acceso, como aquí, pero los heridos son trasladados en helicóptero”, declaró la responsable del equipo de bomberos español, Annika Coll.
“Es difícil decir si las probabilidades de encontrar supervivientes disminuyen porque, por ejemplo en Turquía (donde se produjo un violento sismo en febrero) conseguimos hallar una mujer viva tras seis días y medio. Siempre hay esperanza”, agregó.
“También es importante encontrar los cuerpos sin vida porque las familias tienen que saberlo y hacer el duelo”, añadió.
A unos 70 km más al norte, otro equipo de 48 agentes de la Unidad Militar de Emergencias (UME) estableció un campamento en la entrada de la pequeña localidad de Amizmiz desde el domingo por la noche.
“Esperamos una reunión con la protección civil marroquí para determinar exactamente dónde podemos desplegarnos”, señaló Albert Vásquez, de la UME.
El equipo va acompañado de cuatro perros y lleva microcámaras para introducirse en las pequeñas cavidades entre los escombros. También lleva aparatos para detectar presencia humana.
Ciudades devastadas por terremoto en Marruecos
En Tikht, un pequeño pueblo cerca de Adassil, un minarete y un puñado de casas de adobe aguantan como únicas supervivientes en un paisaje apocalíptico.
“La vida ha terminado aquí”, lamentó Mohssin Aksum, un vecino de 33 años. “El pueblo está muerto”.
Cerca de él, las fuerzas de seguridad marroquíes cavan las tumbas para las víctimas o instalan tiendas amarillas para los supervivientes que se quedaron sin hogar.
El terremoto, ocurrido el viernes por la noche, tuvo una magnitud 7 según el centro marroquí para la investigación científica y técnica y de 6,8 para los servicios geológicos estadounidenses.
Ante la amplitud de la destrucción, brota la solidaridad en Marrakech, donde numerosos habitantes hicieron fila en los hospitales para donar sangre.
“Estamos recogiendo productos alimentarios para ayudar a las zonas afectadas por el temblor”, declaró Ibrahim Nachit, miembro de la organización Draw Smile, que prevé también enviar una “caravana médica” a los lugares más necesitados.
“Creo que las provisiones alimentarias recogidas hoy deberían poder mantener a al menos 100 familias durante una semana”, dijo a su lado Abdeltif Razouki, vicepresidente de la asociación.