La actividad sísmica no se detiene en América Latina y la explicación dada por especialistas es que la mayoría de países están ubicados en el Anillo de Fuego del Pacífico, zona proclive a ese tipo de fenómenos. Es un área, que forma un arco, y es aproximadamente 40.000 kilómetros de larga.
En ella están naciones como México donde el viernes (15 de septiembre) volvió a temblar. Las autoridades fijaron la magnitud en 4,1 cuyo foco estuvo 44 kilómetros al sureste de Salina Cruz en el estado de Oaxaca. Su latitud se estableció 15.91, longitud: -94.90 en profundidad de 15 kilómetros.
Este jueves sobre las 11:02 de la noche otro movimiento telúrico de 4,2 estuvo presente 49 kilómetros al sur de Tonalá (Chiapas) y precedido por otro de magnitud similar, pero en el suroeste de Pijijiapan. Más temprano, cerca de las 5:48 p. m., las autoridades reportaron un temblor (4,0) en San Pedro Pochutla (Oaxaca).
La jornada anterior fue muy activa en este tipo de fenómenos, pese a tener una potencia similar y casi ‘imperceptible’ entre los mexicanos. A las 3:43 p. m. el Servicio Sismológico Nacional dio cuenta de una sacudida con magnitud 4,2 74 kilómetros al suroeste de Ahome (estado de Sinaloa) cuya longitud fue igual a -109.81.
México inaugura centro de monitoreo
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inauguró un centro alterno para supervisar los posibles movimientos telúricos que puedan golpear la nación norteamericana. Este se localizará en Pachuca, Hidalgo, y tiene como finalidad potenciar la capacidad de las autoridades para informar a los ciudadanos.
“El centro alterno (...) tiene como objeto central asegurar el monitoreo sísmico constante e ininterrumpido pensado en alguna contingencia que pudiera llegar a ocurrir”, informó el director del Instituto de Geofísica de la UNAM, José Luis Macías Vázquez, citado por el diario El Universal.
Bajo la premisa de que los sismos no se pueden predecir, las autoridades buscan generan una mayor cultura de prevención entre la población, mientras refuerzan su sistema de alerta. De acuerdo con ese medio; ese centro permitirá, además, que investigadores y estudiantes aumenten su conocimiento sobre dichos fenómenos.
En una nota informativa, el plantel educativo recogió las palabras de Enrique Guevara, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), quien subrayó que su país no era ajeno a a experimentar constantes sacudidas.
“Vivimos en un país sísmico: ha temblado en el pasado, tiembla todos los días -no solo en septiembre- y seguirá temblando. Esto implica la necesidad de seguir sumando esfuerzos, seguir colaborando para prevenir, reducir el riesgo de desastres”, puntualizó Guevara.
Segundo simulacro nacional
Este martes (19 de septiembre) México realizará su segundo simulacro nacional a las 11 de la mañana y desde ya las autoridades han extendido su invitación para que participe el mayor número de personas posible. Este jueves la brigada interna de Protección Civil mantuvo un encuentro para ultimar detalles de la jornada.
El propósito es fomentar la cultura preventiva y, con ese fin, se fijará la hipótesis de un terremoto con magnitud 8,0 cuyo epicentro es Acapulco, en el estado de Guerrero. También estará el escenario de un fenómeno con fuerza de 7,8 en Bavispe (Sonora), así como huracanes de categoría 3 y 4 en Othón P. Blanco y Baja California Sur, respectivamente.
El Servicio Sismológico Nacional informó que para ese día se enviará un mensaje de un temblor hipotético con la descripción #SegundoSimulacroNacional. Este jueves, hacia las 11 de la mañana, el Centro de Protección Civil adelantó un conversatorio de cara a la jornada del próximo 19 de septiembre.