Este martes, 19 de septiembre, Venezuela registró un temblor de magnitud 2,7 con una profundidad inferior a los 30 kilómetros, según informó el Servicio Geológico Colombiano. Este se percibió hacia las 9:00 de la mañana (hora local).
De acuerdo con dicho organismo, el movimiento telúrico se localizó a 47 kilómetros de Machiques (en el estado de Zulia). Su latitud fue de 9.78, mientras que la longitud correspondió exactamente a -72.81.
Por su lado, la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS) situó la fuerza en 3.0 y lo catalogó como un “sismo no sentido”.
En la jornada anterior se reportaron cuatro de estos fenómenos, aunque ninguno con una magnitud de consideración. A las 9:27 p. m. se presentó uno de 3.3 y se ubicó 44 kilómetros al sureste de Bachaquero (también en el estado de Zulia).
Ese estuvo antecedido por otro de 3,9 al suroeste de El Nula (Apure). El Vigía, en Mérida, fue epicentro de un temblor con fuerza no mayor a 2.8 y una profundidad de 5 kilómetros, de acuerdo con lo informado por FUNVISIS.
Adicionalmente, 18 kilómetros al noreste de Socopó (Barinas) hubo un temblor de magnitud 2,8 con profundidad igual a 29.8, indicó ese organismo.
Una vida tras el terremoto en Marruecos
A casi dos semanas de que un terremoto con potencia de 6,8 golpeara Marruecos, los sobrevivientes intentan continuar con sus vidas y sacar fuerzas, pese a haberlo perdido prácticamente todo. Uno de ellas es Said Yahia quien, con 24 años, permanece en el Hospital Universitario de Marrakech tras perder las dos piernas.
Cuando ocurrió la catástrofe él estaba cenando con su familia y sintió cómo su casa “comenzó a temblar” y todos salieron corriendo fuera de la vivienda en Tamatert, unos 100 kilómetros al sur de Marrakech.
Sin embargo, Yahia se percató de que su bebé de un año y medio seguía dentro y fue a rescatarlo junto a dos de sus hermanas y hermano. Aunque auxilió al menor, cuando iba saliendo una roca acabó con sus extremidades inferiores antes de golpear a su hermano, quien murió instantáneamente.
“En ese momento, yo no era consciente de que había perdido las dos piernas. Tenía a mi hijo en los brazos y eso era lo importante. Fue mi mujer quien me dijo que me habían cortado las piernas”, contó a AFP. “Miré la parte inferior de mi cuerpo y empecé a gritar”.
Esa noche de terror no se borrará tampoco de la memoria de su primo, Abdelaziz Aoussam, quien llegó cuando Yahia fue sacado de la casa. “Primero lo cargamos a pie durante unos kilómetros antes de encontrar una camioneta que aceptó llevarnos. Fue difícil porque la ruta quedó cortada y tuvimos que despejarla con nuestras propias manos”, relató el joven.
“Mi vida va a cambiar”
El marroquí que sigue recuperándose en el hospital fue llevado a un centro médico de Tahanaout antes de ser trasladado a Marrakech. “Me cargaron caminando hasta que apareció una ambulancia. La gente que me acompañó hizo un esfuerzo descomunal”, recordó Yahia.
El servicio de urgencia de este centro universitario recibió 1.200 heridos en una semana, aseguró su director, Lahcen Boukhanni. Cuando las personas con heridas más graves fueron asistidas, el funcionario afirmó que es momento de “trabajar en la salud mental” para lo cual el establecimiento creó una unidad de acompañamiento.
Más de una semana después del sismo que cobró la vida de más de 2.900 personas, Said ahora deberá aprender, progresivamente, a vivir con una discapacidad mayor.
“Yo ya no puedo moverme. Mi primo me ayuda día y noche. Necesito ayuda hasta para el gesto más nimio”, relató el joven, quien antes de la tragedia era obrero. “Ahora me siento como si fuera un recién nacido que no puede hacer nada”.
*Con información de AFP.