Cientos de migrantes ilegales salieron el miércoles de la semana pasada de la ciudad mexicana de Tapachula (sur) con la intención de llegar a la frontera con Estados Unidos antes de que asuma el republicano Donald Trump, quien ha prometido deportaciones masivas en cuanto llegue al poder y un control mucho más estricto para las fronteras terrestres, las cuales han visto un flujo récord de ciudadanos indocumentados.
El grupo, de unas 1.500 personas, partió en la madrugada de esta localidad del estado de Chiapas (sur), puerta de entrada de migrantes que atraviesan México hacia Estados Unidos. “Mi mentalidad es llegar, que me salga la cita antes de que él agarre (el poder)”, le dijo a la AFP el colombiano Yamel Enríquez, refiriéndose a las solicitudes de asilo que los migrantes tramitan a través de la aplicación móvil CBP One, habilitada por las autoridades estadounidenses. “Y si no me sale la cita antes que él agarre, me entrego a lo que Dios quiera”, añadió Enríquez.
Con el mismo propósito se unió a la caravana la venezolana Zuleika Carreño. “Uno de los motivos por los que estoy caminando es eso, el miedo a quedarme en este lado (de la frontera con Estados Unidos) y que toda esta caminata haya sido en vano”, sostuvo la mujer, que lleva semanas de travesía desde su país. Recuerda que son muchos los que para llegar a tierras norteamericanas pasan por la inhóspita selva colombiana del Darién.
Trump prometió declarar el estado de emergencia en Estados Unidos y recurrir al ejército para llevar a cabo una deportación masiva de migrantes en cuanto asuma el 20 de enero próximo. El magnate republicano de 78 años, quien califica de “invasión” la entrada de migrantes sin visa por la frontera con México, advierte que será “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”.
Este miércoles, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo que su gobierno prepara un documento en el que resalta la contribución de los trabajadores procedentes de su país a la economía estadounidense. Muchas de esas personas permanecen en el país vecino en condición irregular, aunque lleven décadas conviviendo como uno más en Estados Unidos, por lo que el miedo a una deportación a sus países de origen es latente.
Los migrantes suelen organizar este tipo de movilizaciones para presionar la entrega de documentos que les permitan avanzar por territorio mexicano sin temor a ser deportados. Todo, mientras esperan la llegada del magnate republicano, que tras su victoria del 5 de noviembre sobre la vicepresidente demócrata, Kamala Harris, no ha titubeado ni un segundo para mantener sus propuestas de campaña más radicales en el tema migratorio, su gran bandera para lograr volver a la Casa Blanca.
Los grupos también hacen dichas movilizaciones, lo hacen para ir acompañados y reducir el riesgo de sufrir ataques de delincuentes, pero en el trayecto se dispersan. De cualquier modo, estas movilizaciones distan mucho de las masivas caravanas que alcanzaron la frontera norte en 2018, cuando Trump ejercía su primer mandato.
*Con información de AFP.