Al menos cuatro elefantes asiáticos, una población amenazada, murieron la semana pasada en Bangladés, varios de ellos electrocutados en sistemas instalados por los agricultores para proteger sus campos, informaron el domingo responsables medioambientales y fuerzas de seguridad.
Bangladés cuenta actualmente con menos de un centenar de elefantes. Estos animales irrumpen cada vez más en las poblaciones, a medida que su territorio se reduce.
“Cuatro elefantes murieron en la provincia de Chittatong, donde se encuentran el primer puerto y la segunda ciudad de Bangladés, desde la semana pasada”, declaró a la AFP un responsable del servicio forestal, Rafiqul Islam Chowdhury.
Dos fallecieron electrocutados, un tercero fue abatido en una reserva y el cuarto murió por “causas naturales”, precisó.
En el norte de Sherpur, cerca de la frontera india, otro elefante también murió electrocutado, anunció la policía local.
Desde hace décadas, las colinas de la región de Chittagong son un lugar de paso para estos paquidermos procedentes de la Birmania vecina.
Pero la urbanización galopante, la agricultura intensiva y la instalación de campos de refugiados, donde se hacinan un millón de personas de la minoría musulmana rohinyá que huyeron de Birmania, han reducido su hábitat y han causado muertes, tanto entre la población como entre los animales.
Para impedir que estos animales entren en sus campos, los agricultores instalan alambradas eléctricas, lo que representa “la mayor amenaza” para los elefantes, según Chowdhury.
Para Raquibul Amin, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la agricultura ilícita en las zonas forestales de Bangladés también es responsable de la muerte de los paquidermos, que intentan huir de su hábitat natural.
Según las autoridades, 12 elefantes fueron abatidos en Bangladés en el último año y medio.
Elefantes asiáticos: una especie amenazada
Después de perder media trompa, una cría de elefante falleció en la isla indonesia de Sumatra después de caer en una trampa colocada por cazadores furtivos.
A pesar de los múltiples esfuerzos de sus cuidadores y médicos por salvarle la vida, el elefante falleció, según informaron este jueves las autoridades locales.
Al parecer, la pequeña paquiderma, con tan solo un año de edad se quedó atrás de su manada el pasado sábado y cayó en una trampa de cazadores en Aceh, una región situada en el norte de la isla de Sumatra, al oeste del archipiélago de Indonesia.
Al recibirla, los veterinarios tuvieron que amputarle parte de la trompa y la cría falleció dos días después debido a una infección interna.
La hembra estaba ya muy debil cuando fue encontrada al día siguiente de su caída en Alue Meuraska, una aldea en una zona de jungla en el distrito de Aceh Jaya. Además hacía parte de los 700 elefantes salvajes que quedan en la isla de Sumatra.
Los paquidermos, en general, son animales inteligentes y sensibles que crean vínculos estrechos con los miembros de la manada.
Los cazadores furtivos atrapan y matan a elefantes principalmente para hacerse con los colmillos de marfil que venden por precios muy elevados en el mercado ilegal.
Un caso similar se presentó en 2018, otra cría de elefante de unos siete meses también murió en Sumatra luego de caer en una trampa para cerdos salvajes y ser abandonada por su manada.
De acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), esta subespecie del elefante asiático se encuentra gravemente amenazada debido a la reducción de su hábitat por el desarrollo agrícola a gran escala y los asentamientos humanos.
El archipiélago indonesio es uno de los lugares en el planeta con mayor biodiversidad y lamentablemente cuenta con cientos de especies amenazadas.
* Con información de AFP