El pedido de Colombia a Venezuela para que publique las actas de las elecciones generó una aireada reacción entre los cancilleres de ambos países. “Parece que el canciller Murillo actuó de manera pusilánime al momento de abordar la realidad en nuestro encuentro bilateral, siempre apegado al respeto a la soberanía e independencia de Venezuela mientras repasábamos la cooperación entre ambos países. Sin embargo, ante los micrófonos de la prensa, aflora el chantaje que recibe desde la ultraderecha y de los Estados Unidos de Norteamérica, atacando por la espalda, con falsas narrativas que no es capaz de discutir frente a frente. Venezuela le responderá en su momento y se arrepentirá, de la constante intromisión en nuestros asuntos internos”, aseguró el canciller Yván Gil.
Su dura respuesta se debía a un mensaje del canciller colombiano Luis Gilberto Murillo. “La postura del gobierno nacional sigue siendo clara: la presentación de las actas debe realizarse antes de que culmine el actual período presidencial, el 10 de enero de 2025″, escribió Murillo en su cuenta de X.
Advirtió que “de lo contrario, como ya lo ha expresado el señor presidente (Gustavo Petro), Colombia no otorgará reconocimiento a los resultados” anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que proclamaron ganador a Maduro en los comicios del 28 de julio.
“Venezuela le responderá en su momento y se arrepentirá de su constante intromisión en nuestros asuntos internos”, agregó Gil. La autoridad electoral, que aún no publica el escrutinio detallado ordenado por ley, le otorgó a Maduro el 52% de los votos, frente a un 43% del opositor Edmundo González Urrutia, exiliado en España desde septiembre tras recibir una orden de arresto.
La oposición denunció fraude y asegura tener la mayoría de las actas que confirman el triunfo de González Urrutia, que publicó en una página web. A comienzos de mes, durante un debate parlamentario de control político que examinaba la postura del gobierno colombiano frente a las elecciones en Venezuela, el canciller Murillo dijo que no habría reconocimiento por parte de Colombia “hasta disipar cualquier duda”, sin establecer una fecha límite.
Tras la proclamación de Maduro por parte del CNE, de línea chavista, se desataron protestas que dejaron 27 muertos, dos de ellos militares, además de 200 heridos y unos 2.400 detenidos.
La tensión entre los cancilleres, sin embargo, no significa una ruptura de la relación entre ambos países. Delegaciones del gobierno de Colombia y de la guerrilla del ELN tienen previsto reunirse desde este viernes en Caracas, encuentro que busca “una salida a la crisis” del congelado proceso de paz y retomar un cese el fuego. El proceso de paz fue suspendido en septiembre por decisión del presidente Gustavo Petro, como reacción a un ataque del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra una base militar que dejó tres soldados muertos y 28 heridos.
“Plantearemos temas como reactivar el cese al fuego con el mecanismo de monitoreo y verificación, la participación y dinámicas humanitarias”, adelantó Vera Grabe, jefa negociadora del gobierno, citada esta semana en un comunicado de la Presidencia. “Es posible que no todos los temas queden resueltos, pero quedarán planteados para nuevos encuentros”, agregó.
La agenda del encuentro no fue divulgada, en un clima de hermetismo. Grabe dijo a la AFP que no podía adelantar ningún tipo de información.
El ELN propuso la reunión a principios de mes “para examinar la crisis en la que se encuentra el proceso”, al tiempo que denunció violaciones a lo pactado con el gobierno. “Mientras el gobierno no supere la actual situación de incumplimiento de acuerdos no podremos salir del congelamiento al que ellos mismos condujeron el proceso de conversaciones”, expresó el grupo armado.
La delegación de Petro aceptó un encuentro que lleve a “retomar nuestro diálogo”. “Queremos abordar hasta dónde quiere el ELN avanzar con este gobierno”, apuntó Grabe. La última reunión en Caracas celebrada entre las partes fue en mayo.
El ELN, en armas desde 1964, intensificó su ofensiva desde inicios de agosto, cuando decidió no retomar una tregua que regía desde 2023. Las Fuerzas Militares también reanudaron sus operaciones contra los rebeldes. Petro, el primer presidente izquierdista de Colombia, intenta desactivar el conflicto armado de seis décadas dialogando con varias guerrillas y bandas criminales. Enfrenta críticas de la oposición, que denuncia un deterioro en la seguridad pública. El diálogo con el ELN se ha desarrollado en México, Cuba y Venezuela.