La postura del primer ministro ha generado preocupación en la región, que ya se encuentra en un estado de agitación debido al conflicto en curso en Gaza.
Desde el ataque, los aliados de Israel han instado al país a contener cualquier respuesta que pueda conducir a una escalada adicional. Estas exhortaciones fueron reiteradas el miércoles durante las visitas de los ministros de Relaciones Exteriores de Reino Unido y Alemania.
La presión diplomática se produjo al tiempo que el presidente de Irán advirtió que hasta la “más mínima” invasión de su territorio provocaría una respuesta “enorme y severa”. Mientras tanto, la violencia aumentó el miércoles entre Israel y Hezbollah, el grupo libanés apoyado por Irán, que disparó una andanada de cohetes hacia el norte de Israel. En el ataque resultaron heridos al menos 14 soldados israelíes, seis de ellos de gravedad, indicó el ejército.
El miércoles, en una junta con su gabinete, Netanyahu dijo que se reunió con ambos ministros y les agradeció el apoyo de sus países. Pero señaló que Israel decidirá por sí mismo cómo responder, a pesar de “todo tipo de sugerencias y consejos” de los aliados de Israel, algunos de los cuales, como Estados Unidos, Reino Unido y Francia, le ayudaron a repeler el ataque iraní con drones y misiles, según informó el medio de comunicación Los Angeles Times.
“Quiero ser claro: tomaremos nuestra edición por nosotros mismos. El Estado de Israel hará lo necesario para defenderse”, dijo Netanyahu.
A pesar de la contundente declaración, la posibilidad de que Israel lance un ataque directo contra Irán sin el respaldo al menos de su principal aliado, Estados Unidos, parece remota. Sin embargo, podría recurrir a estrategias más discretas, como dirigir ataques contra altos mandos iraníes o grupos respaldados por Irán en otros territorios, o incluso realizar ciberataques.
La reacción de Irán ante estas tensiones crecientes es incierta. Cualquier error de cálculo por parte de alguna de las partes podría desencadenar un conflicto regional.
El martes, el gobierno del presidente Joe Biden anunció nuevas sanciones contra Irán y ha estado trabajando para obtener una condena global del ataque, al mismo tiempo que insta a todas las partes a rebajar la tensión. A principios de semana, funcionarios estadounidenses informaron que Biden dejó claro a Netanyahu que Estados Unidos no participaría en ninguna ofensiva contra Irán.
El fin de semana pasado, Irán lanzó cientos de misiles y drones contra Israel en respuesta a un presunto ataque israelí al complejo de la embajada de Irán en Siria el 1 de abril, que resultó en la muerte de 12 personas, incluidos dos altos oficiales iraníes.
Israel afirma que logró interceptar con éxito casi todos los misiles y drones. Aunque el ataque dejó a una niña de siete años herida, no causó muertes ni daños significativos.
Aunque Israel e Irán han librado una guerra encubierta durante décadas, el ataque del fin de semana marcó la primera vez que Irán lanzó una ofensiva militar directa contra Israel.
Así mismo, durante la mañana del miércoles, tanto el canciller británico David Cameron como su homóloga alemana, Annalena Baerbock, que visitaron la región por separado, hicieron un llamado a la calma.
Cameron expresó que “es evidente que Israel está considerando tomar medidas” contra Irán, pero expresó su esperanza de que lo haga “de manera inteligente y decisiva, y que haga todo lo posible para evitar una escalada del conflicto”. Estas declaraciones las hizo después de reunirse con el presidente israelí, Isaac Herzog, cuyo papel es principalmente simbólico.
Por su parte, Baerbock, reiteró el apoyo de Alemania a Israel, pero también instó a la moderación.
“Todos deben actuar con prudencia y responsabilidad en este momento. No estoy hablando de rendición. Estoy hablando de una moderación prudente, que es, en última instancia, una muestra de fortaleza”, expresó la ministra de Relaciones Exteriores a la prensa. “Israel ya ha demostrado su fortaleza con su victoria defensiva durante el fin de semana”.