Un grupo de 18 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió hoy en una nota diplomática que la presidencia del Consejo Permanente, que ostenta Bolivia, permita celebrar hoy la sesión extraordinaria sobre Venezuela como estaba previsto, después de que la suspendiera.Este grupo de países solicita la "reprogramación" de la reunión alegando que "la Presidencia (del Consejo) no puede suspender una sesión sin mediar previamente una consulta o explicación", con base en el artículo 37 del reglamento del Consejo."Exhortamos además a la presidencia que vuelva a convocar la sesión como cortesía para la ministra (de Exteriores de Argentina, Susana,) Malcorra, quien está en Washington DC este día para asistir a la sesión", indica la nota diplomática, publicada en la página web de la OEA.Puede leer: Venezuela: dictaduraLos países que la firman son los mismos que pidieron convocarla el pasado viernes menos dos bajas, la de Guyana y Belice.Así, rubrican la nota diplomática Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Jamaica, Barbados, Bahamas, y Uruguay.Bolivia suspendió esta mañana de manera unilateral la sesión convocada para hoy a las 14.00 hora local (18.00 GMT) sobre la situación en Venezuela y convocó una reunión informal para las 16.00 hora local (20.00 GMT) con todos los Estados.Fuentes diplomáticas explicaron a Efe que se está negociando celebrar el encuentro informal a las 15.00 horas (19.00 GMT) y el Consejo sobre Venezuela inmediatamente después.Consulte: A mis amigos venelozanos…, por María Jimena DuzánLa canciller argentina, Susana Malcorra, participa como representante del Mercosur en las reuniones que se celebran en la OEA para lograr que Bolivia, gran aliado de Venezuela, reprograme la sesión para hoy.Malcorra, según explicaron fuentes diplomáticas a Efe, acudía hoy a la OEA como presidenta pro témpore del Mercosur para asistir al Consejo Permanente que se convocó el viernes sobre "los últimos acontecimientos" en Venezuela, cuando la presidencia del Consejo la tenía Belice.Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay declararon el sábado en una reunión de Mercosur que en Venezuela hay una "ruptura del orden constitucional" y una "intromisión sistemática" por parte del Supremo en el Parlamento.Análisis: ¿Es el fin de la separación de poderes en Venezuela?Aparte de las reuniones entre los 20 países que solicitaron la reunión del Consejo de hoy, a las que asiste Malcorra, en la sede de la OEA también se celebran en paralelo encuentros entre Venezuela y un grupo de países aliados como Nicaragua y naciones caribeñas, según pudo constatar Efe.Fuentes de la delegación venezolana explicaron a Efe que ellos no pidieron a Bolivia que suspendiera la sesión, sino que este país lo decidió por iniciativa propia al considerar que se le había "impuesto", porque la convocó Belice unas pocas horas antes de pasarle la presidencia de turno del Consejo Permanente en la medianoche del viernes al sábado y para los próximos tres meses.Los 20 países convocantes llegaron a plantear, como gesto de fuerza, acudir al Salón Bolívar, sede del Consejo Permanente, a la hora que estaba prevista.El artículo 37 del reglamento del Consejo al que aluden para pedir que se reprograme la sesión dice que uno de los supuestos en los que el Consejo celebrará reuniones extraordinarias es que "cualquier representante lo solicite por escrito manifestando el objeto de su petición", algo que ocurrió el viernes cuando los 20 países lo pidieron.El embajador de Bolivia en la OEA, Diego Pary, confirmó que "la reunión está suspendida" a un grupo reducido de medios, entre ellos Efe, después de tomar posesión como presidente del Consejo, un cargo protocolario que dura tres meses.Todas las fuentes consultadas por Efe consideran que este paso dado por Bolivia es insólito, ya que, aunque el reglamento no es preciso en este sentido, siempre se ha entendido que el presidente del Consejo tiene una función de coordinador y que actúa en consulta con los Estados.El embajador mexicano en la OEA, Luis Alfonso de Alba, consideró la decisión de Bolivia "unilateral" y "sin justificación", "un abuso que no se había visto nunca en esta casa" y una "falta muy grave".