Las estelas de los aviones de pasajeros están compuestas de sustancias químicas sedantes para los humanos, la CIA podría estar tras los atentados del 11 de septiembre… Además, judíos, masones e iluminados tienen en sus manos el orden mundial. Todas estas teorías de la conspiración avanzan rápidamente y consiguen asentarse entre sus seguidores. El científico Michael Butter explica a DW por qué esas teorías acaparan tanta atención y cuán difícil que es convencer de la realidad a sus seguidores. DW: Sr. Butter, las teorías conspirativas son muy variadas. Pueden ser divertidas, cuando son inofensivas, como la que dice que Elvis vive en una isla, o ridículas, como la que dice que Angela Merkel es extraterrestre. ¿Cuándo pueden suponer un problema estas teorías? Michael Butter: Incluso teorías conspirativas aparentemente inofensivas pueden convertirse en un problema si alguien cree que Angela Merkel es una alienígena y piensa que tiene que hacer algo al respecto. Generalmente, estas teorías no son inofensivas si se dirigen contra los más débiles o las minorías, como refugiados o, históricamente, contra los judíos. Además, también pueden ser peligrosas para la convivencia democrática. Le puede interesar: La conspiración de la mafia desde la cárcel ¿Por qué se desconfía demasiado de la política? Si alguien asume que todos nuestros políticos están confabulados y no hay diferencia a la hora de votar por CDU, SPD, Verdes o Izquierda, porque todos son títeres de una conspiración, se está fuera de la escena política y ni siquiera se participa en absoluto. Ese sería el famoso hastío político. O, simplemente, uno vota por aquellas opciones que se presentan como verdaderas alternativas contra estos viejos partidos, como la mayoría de los partidos populistas de derecha que últimamente aparecen en Occidente que, realmente, no contribuyen a solucionar problemas. Recurriendo al ejemplo de la brecha entre ricos y pobres, las personas formadas podrían tener la impresión de que algo no funciona en nuestro sistema político. ¿Eso supone dar impulso a teorías conspirativas? Por supuesto. Las teorías de la conspiración no solo son dominio de paranoicos, aunque estos ciertamente existen. También hay muchas personas racionales que creen en teorías de la conspiración porque buscan explicaciones para problemas reales. En la gran mayoría de los casos, habría que tomárselo en serio, ya que es un síntoma que indica cosas que mueven a las personas. Las teorías de la conspiración sobre el nuevo orden mundial son respuestas a problemas asociados a la globalización y su percepción.
Michael Butter Hoy estas teorías tienen mala imagen. Pero históricamente fue diferente y antes eran consideradas como un dominio de las élites. ¿Se debe a que el flujo de información no tenía tanto alcance? Más bien era una cuestión de que estaban realmente convencidos, tanto en lo que se refiere a la corriente general de pensamiento, como en cuanto al discurso de las élites y la ciencia sobre que el mundo simplemente funcionaba en verdad así. Las teorías de la conspiración fueron descalificadas, sobre todo, por teorías de la psicología y de las ciencias sociales modernas, que dicen que los sistemas sociales desarrollan sus propias lógicas. Así se explica que las personas actúen como si se hubiesen puesto de acuerdo. Dichos conceptos no existían en lo siglos XVII, XVIII y XIX. No aparecieron hasta finales del siglo XIX. Le sugerimos: Por qué hay tanta gente que cree en las teorías de la conspiración Ahora tenemos mucho acceso a la información cuando traspasamos nuestros filtros. Aunque todos accedan a través de internet, este acceso fomenta el avance de teorías de la conspiración en lugar de frenarlas. ¿Por qué se resisten tanto a los hechos los partidarios de estas teorías? Estudios realizados en Estados Unidos muestran que los convencidos de estas teorías de la conspiración se muestran aún más convencidos después de haberse confrontado con pruebas que rebaten su veracidad. Estas teorías de la conspiración son tremendamente importantes para la identidad de los que creen en ellas. Son una auténtica declaración de cómo funciona el mundo. Y así se explica todo. No existe la casualidad y todos los engranajes encajan. La fe y la difusión de las teorías de la conspiración supone destacarse entre la multitud y sus teóricos reclaman "haber comprendido cómo funciona realmente el mundo. Han despertado y abierto los ojos mientras los demás permanecen inactivos”. Por eso, su identidad depende tanto de la creencia en estas teorías.
Exposición Teorías de la Conspiración. También se pueden utilizar como medio de desinformación. No solo por sus seguidores, sino también por gente que pretenda influir deliberadamente. Es evidente que hay gente que utiliza estas estrategias cínicas para lograr ciertos objetivos. Es difícil determinarlo en cada caso concreto. Por ejemplo, Buzfeed describió muy bien el papel de George Soros y Viktor Orbán en Hungría. Se consiguió trazar el proceso de cómo dos asesores de Orbán, irónicamente dos judíos, inventaron esta teoría de la conspiración sobre Soros, aunque nadie se la creía, ni siquiera Orbán. Sin embargo, a través de compañeros de nuestra red internacional cercanos al gobierno húngaro sabemos que, entretanto, Orbán cree que George Soros dirige una gran conspiración a nivel mundial. Le puede interesar: Declaran culpable por tráfico sexual y posesión de pornografía infantil a Keith Raniere líder de la secta de esclavas sexuales ¿De la desinformación a la convicción? Psicológicamente tendemos a creer cosas que nos sirven. Esa disonancia cognitiva que tenemos cuando una persona miente continuamente es una carga psicológica y uno funciona mejor cuando se convence a sí mismo. Simplemente, está convencido. Acontecimientos percibidos por todos como evidentes, como la igualdad de género, también son utilizados por las teorías de la conspiración. ¿Es la realidad demasiado liberal? Las teorías de la conspiración son, a menudo, un fuerte impulso conservador en el sentido que tratan de preservar un orden amenazado o se trata de volver a un orden abolido por presuntos conspiradores. Hay paralelismo con el populismo: "Hacer América grande otra vez”. Los teóricos de la conspiración, como los populistas, están impulsados por una nostalgia del pasado. Si observamos los miedos de los ciudadanos blancos en Estados Unidos, estos ven cómo su posición social está cada vez más socavada. Incluso cuando eran pobres estaban por encima de los otros que no eran blancos. Y también sobre las mujeres. Ahora ellos mismos se ven desafiados. Es una reacción de defensa contra un cambio social que uno no quiere aceptar y encuentra una buena explicación en una teoría conspirativa. Entonces, es perfectamente legítimo actuar contra ella, porque estás oponiendo resistencia a un complot. ¿Se puede explicar el mundo simplificándolo y echándoles la culpa a otros por nuestros errores? Para algunos es más fácil aceptar que cualquier villano está moviendo los hilos que aceptar que, realmente, nadie tira de los hilos. Las teorías de la conspiración simplifican, a menudo, reduciendo el campo de actuación política al grupo de los conspiradores contra los demás. Al mismo tiempo, tienen que hacer complicadas operaciones para mostrar por qué X e Y están en connivencia, y por qué todo es parte de un plan maestro. Michael Butter es profesor de Literatura de Estados Unidos e Historia en la Universidad de Tubinga. Investiga teorías de la conspiración y dirige un proyecto de investigación de la UE sobre el tema. Es autor del libro "Nada es lo que parece: Teorías de la conspiración”.