Un sismo de magnitud 7,1 sacudió este martes 7 de septiembre a México y provocó una ola de nerviosismo en todo el país.
A pesar de los momentos de angustia vividos, hasta el momento, el sismo solo deja una persona fallecida. Se trata de un hombre al que le cayó un poste de la luz pública.
“Un hombre murió porque le cayó un poste en el municipio de Coyuca de Benítez”, Guerrero (sureste), informó a Milenio TV el gobernador de esa demarcación, Héctor Astudillo.
Sobre los daños materiales, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo en un mensaje que solo se reportaron “piedras caídas de bardas, lo mismo en Morelos (centro), no hay daños en Oaxaca (sur), no hay daños en Puebla (centro)”, así como tampoco en Ciudad de México.
Igualmente, la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum escribió en su cuenta de Twitter: “Hasta el momento no se reportan daños graves”.
Por su parte, el titular de la secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García afirmó que “Tenemos algunos cortes de luz, pero sin novedad relevante, el metro y el metrobús siguen funcionando”.
El sismo tuvo su epicentro 11 km al sureste de Acapulco, Guerrero, al sureste de México, de acuerdo con el Sismológico Nacional, mientras que las autoridades federales hasta el momento no han reportado víctimas. En un primer momento, el Sismológico Nacional reportó una magnitud de 6,9.
El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, dijo a la prensa que en el puerto de Acapulco, tampoco hubo heridos ni daños.
El sismo también se percibió con moderación en algunas regiones del estado de Puebla y con intensidad en otras del Estado de México.
Crisis nerviosas
A pesar de que no se presentaron más fallecimientos ni años de importancia, la alcaldesa de Acapulco, Adela Román, reportó que “hay crisis nerviosas, la gente está preocupada porque hay réplicas”.
Igualmente, dijo que se habían detectado “muchas fugas de gas” en zonas residenciales por lo que las autoridades han habilitado diferentes escenarios deportivos para que las personas puedan dormir allí ante el temor de una posible réplica en los próximos días.
Uno de los daños de mayor relevancia se presentó en la avenida Costera donde se cayeron postes de luz pública que aplastaron vehículos, y que colapsó la fachada de una iglesia.
Tras el temblor, el nerviosismo fue tal que afuera de un hotel, un turista intentaba recuperarse del fuerte susto, mientras abrazaba a su madre de 86 años que lloraba.
“Me estaba bañando y de repente sentí un movimiento muy fuerte y pues me espanté y grité”, dijo Sixto a la AFP, un residente de la Ciudad de México que vacaciona en Acapulco, y que solo alcanzó a salir con una toalla de baño.
“Vengo con mi madre y estamos en el piso 11 del hotel (...) creo que sí quedó muy dañado el hotel”, añadió.
El sismo también se percibió con moderación en algunas regiones del Estado de México y Veracruz (este).
El movimiento telúrico provocó crisis de nervios también en el centro de la Ciudad de México, cuyos habitantes tienen fresco aún el recuerdo trágico del sismo de 7,1 grados registrado el 19 de septiembre de 2017, que sacudió al centro del país y dejó 369 fallecidos, la mayoría en la capital.
“Estoy muy asustada, no sé si duerma esta noche, me preocupa mi hija, la desperté para bajarla y yo ni zapatos me puse”, dijo a la AFP Laura Villa, de 49 años, residente del centro de la Ciudad de México.
Turistas hospedados en hoteles de la avenida Reforma, una de las principales de la capital, también evacuaron despavoridos sus cuartos, según imágenes televisivas.
La Ciudad de México fue devastada por terremotos ocurridos en septiembre de 1985 que dejaron más de 10.000 muertos.
Con información de AFP