El ataque de un grupo de hombres armados contra una iglesia católica en Nigeria durante la misa del domingo dejó al menos 50 muertos y varios heridos, entre ellos niños, desatando la alarma en el país más poblado de África.
Richard Olatunde, portavoz del despacho del gobernador del estado de Ondo, indicó a la AFP que hubo una explosión con dinamita dentro de la iglesia en la localidad de Owo antes de que hombres armados abrieran fuego por las ventanas mientras se celebraba una misa.
Este lunes –6 de junio–, enormes manchas de sangre seguían en las baldosas, las paredes y los bancos de madera de la iglesia, testimonio de la violencia de la masacre, indicó un periodista de la AFP en el lugar. Había restos humanos en el suelo.
El ataque tuvo lugar durante la misa matutina en la iglesia católica de San Francisco, en la localidad de Owo, situada en el suroeste del país, una región en que resultan poco habituales los atentados yihadistas y de bandas criminales.
Tras la matanza el domingo, el papa Francisco lamentó este lunes la muerte de “decenas de fieles, entre ellos numerosos niños, durante la celebración del Pentecostés”, la fiesta cristiana que celebra la venida del Espíritu Santo, indicó su servicio de prensa en un comunicado. “Mientras los detalles del incidente se aclaran, el papa Francisco reza por las víctimas y por el país, dolorosamente afectados en un momento de celebración”, añadió.
El lunes por la noche el Vaticano indicó que el papa siente “una profunda tristeza” por el horrible ataque. “El papa Francisco siente una profunda tristeza al conocer el horrible ataque contra la iglesia San Francisco de Owo”, escribió el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, número dos del Vaticano, en un telegrama dirigido al obispo de Ondo.
El papa comunicó a “todos los afectados por este indecible acto de violencia”. El ataque ocurrió durante la celebración del Pentecostés en esa iglesia católica del estado de Ondo, poco afectado hasta ahora por los ataques yihadistas y de bandas criminales, activas en otras regiones del país.
Ibukun Odunlami, portavoz de la Policía en la región de Ondo, dijo a la AFP que los asaltantes entraron a la iglesia con armas de fuego y explosivos. Abayomi, testigo del ataque que no dio su apellido, explicó que al menos 20 fieles fueron asesinados: “Pasaba por el barrio cuando oí una fuerte explosión y disparos en el interior de la iglesia”.
Dijo que pudo ver al menos cinco hombres en el interior del templo antes de escapar hacia un lugar seguro. El gobernador del estado de Ondo, Oluwarotimi Akeredolu, urgió en un comunicado a las fuerzas de seguridad a que encuentren los autores de este “ataque ruin y satánico”.
Numerosos focos de violencia
Se desconocen los responsables y las motivaciones del ataque, descrito por el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, como “un asesinato odioso de fieles”. El atentado ocurre justo antes de que su partido, el APC, lance sus primarias para designar un candidato para las elecciones presidenciales de 2023, que supondrán el fin del mandato de este antiguo comandante militar.
La seguridad es un importante reto en el país más poblado de África y la mayor economía del continente. Los ataques contra los sitios religiosos son especialmente sensibles y aumentan la tensión en Nigeria, mayoritariamente cristiana en el sur y musulmana en el norte.
Este tipo de acciones no son habituales en el suroeste, normalmente exento de la violencia que sacude otras partes del país.
En cambio, desde hace 12 años, las fuerzas de seguridad enfrentan una insurrección yihadista en el noreste del país, mientras que grupos criminales cometen secuestros multitudinarios en el noroeste y el centro y en el sureste operan grupos separatistas.
*Con información de la AFP.