En medio del a guerra que se libra desde hace cerca de 4 meses en territorio ucraniano, luego de que las tropas rusas invadieron, el 24 de febrero, el territorio de ese país, en el marco de la que han denominado ‘una operación especial’, y luego de las múltiples denuncias de violación a los derechos que se han elevado desde dentro y fuera de ese país, referidas a crímenes de guerra, el diario estadounidense The New York Times, ha revelado imágenes captadas en la ciudad de Bucha, que denotan la responsabilidad de los uniformados usurpadores.
Los videos empleados por el referido medio de comunicación para sustentar sus señalamientos, hacen parte de múltiples pruebas que, en distintos espacios han compartido usuarios de redes sociales, y que, en su momento, fueron captados por pobladores de la ciudad de Bucha, y por dispositivos tipo dron, que también documentaron lo sucedido durante días de incursión y control por parte de los rusos.
La ciudad de Bucha se ha convertido en uno de los lugares ucranianos, donde la crudeza de la acción rusa ha quedado de manifiesto, evidenciando incluso la ejecución de algunos pobladores, quienes además de ser fusilados, previamente también habían sido sometidos a hechos de tortura, tal y como lo han evidenciado los reportes forenses, luego de que decenas de cuerpos fueran encontrados abandonados en las calles, un acto que también se vio complementado por el descubrimiento de fosas comunes.
En los vídeos, quedó evidenciado el trato de prisioneros que se le daba a algunos ciudadanos del común, a quienes capturaron, y desplazaron a lugares específicos, obligándoles a caminar en fila, y bajo la amenaza de armas empuñadas por militares rusos, quienes a la vez emitían fuertes improperios contra sus víctimas.
Según el reporte del New York Times, algunos de los videos empleados para su análisis, corresponden a grabaciones obtenidas el pasado mes de marzo, pocos días después de que Rusia comenzara el despliegue de sus contingentes.
En uno de ellos, se puede ver a los militares rusos llevando intimidados a algunos ciudadanos, mientras que, en otros, captados por vecinos de las zonas a las que eran conducidos los detenidos, evidencian minutos previos a la ejecución, donde los uniformados de las tropas usurpadoras, disponen a sus víctimas.
En uno de los videos, un ciudadano, quien graba desde una casa próxima a lugar donde posteriormente fue hallado un grupo de cuerpos, se escucha a este, narrar lo que va viendo desde su ventana, describiendo que han dispuesto a un grupo de cerca de una decena de detenidos en contra de una cerca
Una de las pistas que permitió al New York Times atar cabos en el hilo de videos e imágenes sobre el trato a las víctimas, refiere a un hombre con una vistosa sudadera azul, a quien se le ve en un video siendo conducido por militares armados, y su imagen, posteriormente aparece en una fotografía donde se capta la dimensión de la tragedia, con múltiples cuerpos abandonados en la calles.
Otra de las pruebas expuestas, corresponde a testimonios de ciudadanos que afirman que los soldados rusos tomaron un edificio de oficinas para hacerlo su base, lugar al que condujeron a varios rehenes, a quienes nunca más se vio salir con vida.
Según el New York Times, pese a que desde Rusia, en su momento se calificó lo denunciado en Rusia como un montaje para aumentar el descrédito internacional derivado de su ocupación a Ucrania, advirtiendo que las fotografías sobre las pilas de cadáveres eran falsas, la investigación que revela el medio es objeto de un acucioso labor de investigación que incluyó la visita de sus colaboradores a la zona de la tragedia, donde además de contrastar el material documental referido a fotografías y videos, también se logró recabar en las pruebas testimoniales.
Sobre el hecho puntual del grupo de hombres hallados muertos en inmediaciones de la referida cerca, los testimonios apuntan aa que se trataba de ciudadanos locales que, en medio de la contingencia, habían sido obligados a permanecer en la ciudad para adherirse a las fuerzas de la resistencia, no pudiendo huir en compañía de sus hijos y esposas.
“Eran esposos y padres, trabajadores de tiendas de abarrotes y fábricas que llevaban una vida civil común y corriente antes de la guerra”, detalla la publicación del Times, advirtiendo que estos no contaban con adiestramiento militar alguno, y se habían adherido al Ejército hacía pocos días.
El lugar en que fueron hallados, se ubicaba a pocas calles de sus respectivas viviendas.
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