No hay nada que Dulaj deteste más que la comida para perros. La parte más desagradable de sus turnos de trabajo de 9 horas es levantar decenas de cajas de 15 kilos con este producto desde los camiones hasta la cinta transportadora del centro de clasificación de Amazon en Berlín.

Dulaj, de 29 años y originario de Sri Lanka, tiene otras ambiciones para su vida en Alemania. Tiene el carné de conductor de autobús de su país y está harto de ver artículos en los periódicos locales sobre cómo la BVG, la empresa de transporte público de la capital alemana, está tan escasa de personal, que tiene dificultades para cumplir sus horarios.

Pero, tres meses después de obtener un permiso de residencia válido por diez años (gracias a que su pareja es ciudadana de la UE), Dulaj sigue lejos de su sueño de conducir un autobús. Según relata a DW, sus primeros meses en Alemania han sido muy estresantes.

La plaza Roemerberg en Frankfurt, Alemani. (Foto AP / Michael Probst) | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved

“Necesito hacer la formación profesional y el idioma al mismo tiempo, y no encuentro dónde conseguirlo”. Sus esfuerzos hasta el momento han sido frustrantes: el hombre de la oficina de BVG que visitó hablaba poco inglés y se limitó a decirle que consultara la página web de contratación de BVG para obtener información (que sólo está en alemán).

Finalmente, se enteró de que necesitaba un nivel intermedio de alemán para trabajar como conductor de autobús, pero en el sitio web de la BVG no había información sobre cómo conseguirlo, ni sobre cómo podría hacer para que le reconocieran en Alemania su carné de conducir de Sri Lanka.

Su visita al Jobcenter -oficina acreditada por la Agencia Federal de Empleo para la inserción laboral de los desempleados- tampoco le fue muy útil. Aunque la funcionaria que le atendió hablaba inglés con fluidez, le dijo que tenía que llevar a alguien que hablara alemán para traducirle. Ante este panorama, Dulaj tomó el camino más fácil y rápido para conseguir trabajo remunerado: el centro de clasificación de Amazon, que no requiere ni conocimientos de alemán ni cualificación alguna.

Un trabajo en el que casi no hay alemanes

Dulaj cuenta que en el enorme almacén no hay prácticamente alemanes y, los que hay, hablan principalmente inglés, ya que es el único idioma que, más o menos, todos entienden. “Incluso mis supervisores son afganos, sirios o pakistaníes, así que hablan inglés en las reuniones”, explica. ¿Aprender alemán le serviría de algo en el trabajo? “No, ahí no”, dice Dulaj.

“Es una experiencia bastante típica”, dice Britta Schneider, profesora de uso de la lengua y migración en la Universidad Europea Viadrina de Fráncfort del Óder. “Hay una gran brecha entre el discurso público monolingüe en Alemania, que sostiene que hay que aprender alemán, y si no lo haces significa que no quieres integrarte, y la práctica, donde, a menudo, se da el caso de que no necesitas nada de alemán”, explica a DW.

Según Schneider, muchos inmigrantes tienen pocos incentivos para aprender alemán, sobre todo porque los cursos oficiales que se ofrecen en los centros de educación para adultos requieren tanta dedicación, que es difícil mantener un trabajo al mismo tiempo. En Berlín, por ejemplo, se ofrece un curso de seis módulos de 100 horas cada uno, impartidos en bloques de cuatro horas hasta cinco días a la semana. Eso es algo que Dulaj no puede hacer, a menos que deje su trabajo.

Una encuesta de la OCDE publicada en enero de 2024 detectó una gran diferencia entre las expectativas y la realidad de los trabajadores extranjeros. A la pregunta de si era importante aprender alemán para encontrar un trabajo adecuado en el país, el 52 por ciento dijo que sí antes de venir, pero esa cifra se elevó al 65 por ciento una vez en el país.

También parece existir entre los trabajadores extranjeros la impresión de que son menos bienvenidos de lo que pensaban. A la pregunta de si Alemania tenía “verdadero interés en captar trabajadores extranjeros”, el 55 por ciento dijo que sí mientras todavía estaban fuera del país, pero sólo el 33 por ciento estuvo de acuerdo una vez viviendo en Alemania.

Sociedad multilingüe

La insistencia en la integración en la sociedad, apoyada por un discurso político en Alemania en el que el nacionalismo impulsa cada vez más el debate político, choca con lo que Schneider denomina “realidad social multilingüe, en la que el alemán no siempre desempeña un papel importante”. Schneider también cuestiona la suposición de que los Estados deben ser monolingües y que compartir una única lengua es esencial para la cohesión social. “No es realmente justificable, dado que tenemos escasez de mano de obra cualificada”, afirma la experta.

Alemania tiene dificultades para competir con otras naciones a la hora de atraer trabajadores extranjeros. La red internacional de expatriados InterNations realizó una encuesta sobre los países más atractivos para los trabajadores extranjeros, y descubrió que Alemania ocupaba el puesto 50 de 53.

Es cierto que el mercado laboral ofrece muchas oportunidades, pero la encuesta reveló que a los expatriados les cuesta asentarse, hacer amigos, encontrar vivienda y hacer frente a la falta de infraestructura digital en Alemania. El índice “Talent Attractiveness” elaborado por la OCDE en 2023 arroja un resultado algo más amable, situando a Alemania en el puesto 15 de 38, pero aún por detrás de rivales como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá.

Frankfurt, Alemania | Foto: David C Tomlinson

Aun así, el inglés se está convirtiendo en un idioma cada vez más importante en el mercado laboral alemán, especialmente en grandes ciudades como Berlín. La Asociación Alemana de Startups descubrió este año que la proporción de startups de la capital cuyo idioma de trabajo es el inglés aumentó del 42,3 al 55,8 por ciento.

Pero, por supuesto, esto no es así en toda Alemania ni tampoco en los sectores en los que el país necesita más trabajadores, como señala Bernd Meyer, profesor de comunicación intercultural en la Universidad de Maguncia. “El trabajo asistencial o en los hospitales no es posible sin conocimientos de alemán: los cuidadores deben saber hablar entre ellos, con los pacientes y con los médicos”, explica a DW, aunque admite que la sociedad alemana necesita ser más multilingüe. “Las autoridades, los médicos y las instituciones sociales deben hablar varios idiomas, porque la población es cada vez más multilingüe”, afirma.

Para Dulaj, concretamente, aprender alemán es un imperativo si quiere ser conductor de autobús, pero tendrá que financiárselo él mismo, probablemente con sus ingresos de Amazon.

*De la DW